COCHABAMBA ATRAVIESA UNA ETAPA CRÍTICA EN SU PRODUCCIÓN AGRÍCOLA
La producción agrícola es cada vez menos a consecuencia de los fenómenos climáticos y falta de políticas de apoyo al sector productivo. Cochabamba hoy compra alimentos de Santa Cruz, La Paz y Tarija, incluso importa algunos productos de Brasil y Colombia. Advierten que la escasez de alimentos puede ser mayor si no se implementan políticas agrícolas y pecuarias para que el campesino siga cultivando la tierra.
La producción de hortalizas, tubérculos y un sinfín de productos agrícolas no es la misma que antes.
“Hace diez años la tierra podía producir toda clase de alimentos, ahora no es así. Los cultivos se secan o se pudren por la sequía o las inundaciones. La madre tierra está enojada”, manifiesta Demetrio Catari, un agricultor que, con nostalgia, recuerda cómo antes sus tierras producían diversos productos que servían no sólo para abastecer al mercado local sino también nacional.
El director del Servicio Departamental de Agricultura y Ganadería, Rogelio Jiménez, sostiene que los cambios climáticos fueron determinantes para que la producción de alimentos disminuya y se genere escasez y alza de precios de algunos productos.
Aunque la situación es crítica, Jiménez asegura que Cochabamba no atraviesa por una crisis alimentaria, sino una baja producción agrícola, provocada por los fenómenos climáticos y la falta de políticas que permitan hacer frente a los problemas que aqueja a los campesinos.
Los cultivos más afectados por los fenómenos naturales, la desertización y la erosión de los suelos son el maíz, las legumbres y tubérculos.
Como consecuencia de todo ello, Cochabamba hoy debe comprar cereales de Santa Cruz, Tarija y otros departamentos.
A decir de Jiménez, cada año baja la producción de las legumbres por ser uno de los productos más sensibles a los cambios climáticos. En tanto, los tubérculos, como la papa, son afectados por plagas, que disminuyen su producción. Por este y otros factores, los niveles de rendimiento del producto han disminuido, y hoy alcanza entre 4 a 5 toneladas de producción por hectárea, mientras en otros países como Perú éste fluctúa entre 12 a 14 toneladas.
Si se hace una comparación interna respecto a la producción de trigo, en Cochabamba el nivel de rendimiento apenas alcanza a 900 kilos por hectárea, mientras que en Santa Cruz ésta llega a 1.2 toneladas.
Hace unos años, con las precipitaciones que se tenían en los valles el nivel de rendimiento de los cereales era excelente y permitía abastecer al resto del país. En la actualidad, la agricultura regional se ha vuelto minifundiaria en todos los sectores, impidiendo de esta manera una producción óptima.
De acuerdo con el agricultor, Jacinto Molina, en varios municipios del Valle Alto, como Tarata, existen cientos de hectáreas abandonadas, porque las tierras están áridas.
Hace unos 20 años, dice Jacinto, las plantaciones de durazno, haba, arveja o maíz cubrían los cerros. Las ovejas, las vacas, chivos y gallinas comían en abundancia. El éxito de una buena cosecha no sólo dependía de las estaciones ni la temporada de lluvias, porque de por sí la tierra era fértil. Ahora la situación es diferente, la desertización y la sequía desgastaron la tierra, por tanto, los productores prefieren migrar a la ciudad, en busca de mejores oportunidades.
Los campesinos que aún apuestan por la agricultura no conocen el término “cambio climático” o “crisis alimentaria”, pero pueden describir sus consecuencias: las sequías y las inundaciones que arrasan sus cultivos.
Cinco proyectos para eludir la crisis
El Servicio Departamental de Agricultura y Ganadería (Sedag) viene impulsando, desde el 2010, cinco proyectos a largo plazo para hacer frente a la crisis. Existe una pre-inversión superior a los tres millones de bolivianos.
“La parte de la producción agrícola y pecuaria ha sido descuidada desde hace tiempo por la falta de políticas para fortalecer al sector”, afirma el director del Sedag, Rogelio Jiménez.
Los proyectos destinados a impulsar al sector productivo son: Desarrollo frutícola en los valles de Cochabamba como el durazno y la manzana en San Benito; desarrollo productivo de trigo y cereales en la zona andina y el valle de Tarata; desarrollo de la fruticultura en los valles mesotérmicos; mejoramiento a la producción de camélidos y, por último, implementación en la producción piscícola en la zona del trópico.
El Sedag tiene presupuestado, para este año, un millón de bolivianos para proveer semillas y fertilizantes a las comunidades afectadas por los desastres.
DATOS DE LOS EFECTOS CLIMáTICOS
2010
Los desastres
Según el Servicio Departamental de Agricultura y Ganadería, en Cochabamba el 2010 se registró 5.621 hectáreas afectadas por las inundaciones, y sequía en 215 comunidades de los valles.
5
Productos afectados
El 2010 cinco productos fueron afectados por las inundaciones: la papa, haba, arveja, trigo y cebada.
Datos
“Cochabamba está preparada para afrontar una crisis de alimentos”
Rogelio Jiménez
Director Sedag