Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 15:06

Comunicación menos mediática

Comunicación menos mediática
Parece que algunas instituciones públicas, y algunas privadas no están lejos, tienen la enfermiza conducta de repetir discursos y prácticas similares al nazismo, ya que piensan y actúan como si fuesen verdades únicas o se sitúan al lado de los ángeles. Quizás merezca la pena recordar que no hace mucho tiempo, también, se oían similares argumentos por los arios.

CONTRATO No se puede entender cómo pueden contratar a un profesional de la arquitectura para ejercer acciones y actividades del profesional en comunicación. Claro, dicen ellos, es fácil hacer comunicación o cualquier otra profesión, ya que siempre lo que hacen, lo hacen todo muy bien. ¿Qué tal?

Si lo hacen todo muy bien o creen que son enviados de los ángeles. ¿Por qué está fallando la separación de los residuos?, ¿es necesario multar a quienes no separan antes que planificar, ejecutar y evaluar campañas educomunicativas?, ¿por qué concentrarse solamente, gastando millones con los impuestos de la gente, en la difusión de spots, cuñas radiales y otros a través de los medios de comunicación?

COMUNICACIÓN Antonio Pascualy decía que la comunicación es por naturaleza humana y que por lo tanto, solamente los descendientes del homo sapiens sapiens pueden hacer comunicación. Es decir, si es humana, los medios solamente son eso: medios. La comunicación interpersonal, grupal –particularmente- y pública son procesos de interacción humana donde se comparten, dialogan, debaten, aceptan, rechazan, resignifican y profundizan ese ser (ser) humano. Por lo que, hace falta, y que lo haga un profesional de la comunicación, una estrategia educativa y comunicacional humana para que la gente separe los residuos de manera adecuada. Visitar unidades educativas, colegios, universidades, organizaciones territoriales de base, organizaciones de mujeres (club de madres), sindicatos y todo espacio de interacción, acompañados y complementados por un paquete de materiales educomunicativos con un lenguaje popular y bilingüe, además de materiales alternativos, debiesen ser la consigna de quienes, coyunturalmente, están intentando implementar una cultura de la separación de la basura.

CARA A CARA Hablarle al ciudadano, cara a cara, que la separación de residuos ayudará a mitigar la monstruosa contaminación que generamos cuando no lo hacemos es mejor que ver –de lejos- un spot lleno de malos artistas que nunca dieron el ejemplo ambiental.

Uno de los éxitos del presidente Morales, precisamente, recae en su acercamiento personal y grupal a la gente; es decir, aplica de forma efectiva y sensible la comunicación humana.

Digo cultura, por otro lado, y lo más probable es que la profesional de arquitectura no tenga la más mínima idea de lo que significa este concepto, ya que Rosa María Alfaro asegura que la cultura es el modo particular en que una sociedad experimenta su convivencia y la forma en que se la imagina y representa. Es decir, separar la basura debe pasar por una experiencia in situ, orientada por los técnicos, y para ello se requiere una comunicación interpersonal, o por lo menos grupal, pero menos mediática.

NUEVA CULTURA Por eso es vital comprender, para luego ponerlo en práctica activa, que generar una cultura de la separación de la basura pasa por una planificación estratégica transdisciplinaria desde la educomunicación, de lo contrario seguiremos viendo, inútilmente, despilfarrar dineros del pueblo en sueldos y medios de comunicación estériles para esta novedosa y sostenible propuesta de separar los residuos por el bien del medio ambiente y la salud pública de todos.