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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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NOSOTRAS Y NOSOTROS LOS ADOLESCENTES

NOSOTRAS Y NOSOTROS LOS ADOLESCENTES



Existen estudios que han confirmado que el consumo de drogas en adolescentes está relacionado con la disponibilidad del tiempo libre, sobre todo en los fines de semana, fiestas familiares, de amigas y amigos. Asimismo, la búsqueda de nuevas sensaciones y experiencias producidas por las drogas.

Entre los factores que elevan el riesgo de consumo de drogas en los adolescentes, se encuentran la fácil accesibilidad a muchas sustancias como alcohol y tabaco (según datos proporcionados por el Instituto para el Desarrollo Humano en Cochabamba). Además, entre las principales causas generales de consumo de drogas se encuentran los problemas familiares y trastornos psicológicos. Además, influyen en una serie de factores específicos de la adolescencia y que tienen que ver con el hecho de que se encuentran en una etapa de desarrollo físico (pubertad), emocional, psicológico y sociológico:

Sentimiento de invulnerabilidad: Los cambios físicos y hormonales experimentados por los adolescentes (crecimiento, desarrollo de la masa muscular, etcétera) crean en ellas y ellos una cierta sensación de invulnerabilidad y fortaleza, lo que les lleva a desarrollar conductas y hábitos como el consumo de drogas y otros comportamientos de riesgo.

Curiosidad: La adolescencia representa una etapa de cambios y aprendizaje que puede despertar la curiosidad y el deseo de experimentar.

Imitación: Estudios realizados señalan que muchos adolescentes tienen el ejemplo en casa, en sus madres y padres, cuando beben alcohol o fuman tabaco en su presencia.

Afán de independencia: Esto está provocado por la necesidad que pueden tener algunos adolescentes de alejarse del entorno familiar para fortalecer las relaciones con otros entornos donde haya más presencia de gente que tenga su edad y con la que pueda identificarse.

Daños en el aparato respiratorio: Sobre todo asociados al consumo de tabaco (bronquitis, dilataciones pulmonares, etcétera).

Daños cardiovasculares: Como hipotensión y alteración de la frecuencia cardiaca, taquicardia e hipertensión, riesgo de angina de pecho e infarto de miocardio, hemorragias cerebrales, arritmia y cardiopatía.

Daños cerebrales: Alteraciones neuropsiquiátricas, neurotoxicidad (muerte de neuronas), riesgo de infarto cerebral, etcétera.

Otros daños en el organismo: Problemas dentales, pérdida de olfato, sinusitis, perforación del tabique nasal, insomnio, convulsiones, insuficiencia renal, coagulopatía, insuficiencia hepática y otros.

Daños psicológicos: Trastornos de la memoria, la concentración y el aprendizaje, trastornos psicomotores y en la realización de tareas complejas, reacciones de ansiedad y de pánico, aumento de la depresión, desarrollo de esquizofrenia, brotes psicóticos, etcétera.

Las drogas acarrean una serie de consecuencias perjudiciales para la salud física y psíquica, sin embargo, al encontrarse los adolescentes en una etapa de desarrollo y de formación, estas consecuencias son más dañinas hacia ellas y ellos.

“Por ello, es importante prevenir todo escenario de riesgo que afecte tu integridad y tus proyecciones de vida. Saber decir NO y rechazar con firmeza cuando te ofrezcan algún tipo de drogas”.