Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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¡UN SISTEMA DE PROTECCIÓN HECHO PARA LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS!

¡UN SISTEMA DE PROTECCIÓN HECHO PARA LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS!


Demostrando que tienen muchas cosas que expresar, varios niños y niñas de Aldeas Infantiles S.O.S. se reunieron para aprender y reflexionar sobre sus derechos, responsabilidades y la importancia de participar.



UN CUENTO…

Había una vez un país en que los niños y niñas eran muy maltratados, se les prohibía salir de sus casas y no había ni un parque para que vayan a divertirse. Esta situación era muy triste y cuando los niños y niñas crecían se volvían muy malos y de nuevo maltrataban a los nuevos bebés que nacían.

Un día una niña valiente de 10 años, pensó que los niños y niñas eran muy inteligentes y que podían opinar para hacer las cosas mejor, por ejemplo: pedir parques, arreglar jardines, plantar árboles, hacer concursos de canto, baile y más. Esto lo pidieron los niños reunidos al Alcalde y le pareció que era buena idea, ya que nunca se les hubiera ocurrido a los adultos porque andan en otros asuntos para ganarse la vida. Desde ese día los niños y niñas pudieron entrar directamente a hablar con el Alcalde cada semana para dar sus ideas y que se les tome en cuenta. Así en ese pueblo las cosas fueron mejores desde entonces, desde que los niños y niñas participaron.



EL EGOISMO Y LA PARTICIPACIÓN

Iban por la calle el Egoísmo y la Participación. El Egoísmos iba solo y muy enojado sin saludar a nadie, en cambio la Participación iba saludando a todo el mundo con una sonrisa muy linda. Como hacía calor, el Egoísmo se encontró una bolsa con naranjas y… se las comió solito todas, la Participación le pidió una naranjita para calamar su sed, pero el Egoísmo le gritó diciéndole: ¡No me molestes, todo es mío! La Participación se pudo muy triste, pero como tenía muchos amigos enseguida le dieron 10 naranjas.

El Egoísmo se enojó mucho al ver que la Participación tenía muchos amigos y casi siempre conseguía apoyo. Entonces pensó en hacerla desaparecer haciendo que la Participación caiga en un hoyo. ¡Ven por aquí amiga participación! dijo sonriendo falsamente el Egoísmo, y la Participación alegre porque pensó que el Egoísmo estaba cambiando se acercó confiada y ¡zas! cayó en el hoyo.

El Egoísmo se fue riendo como loco, pensando que se había desecho para siempre de la Participación, pero su alegría duró poco, porque muchos amigos de la Participación vinieron en su apoyo, apareció la Solidaridad, el Cariño y la Ayuda y entre las tres sacaron a la Participación. El Egoísmo sigue solo por la vida.