Pese a que la violencia es un mal endémico que encontramos en todos los ámbitos de la sociedad, se ensaña con mayor dureza y frecuencia contra las mujeres, especialmente las niñas y adolescentes. Aunque encuentra mayor recurrencia de casos en los barrios periféricos, las comunidades o los grupos con derechos más vulnerables, se evidencia en todas las regiones, las clases y los espacios sociales. Los victimarios resultan de diversa condición; desde padres, hermanos, tíos, esposos, concubinos, delincuentes comunes, pandilleros, policías, militares, políticos, profesores de escuela, privados de libertad, vecinos o desconocidos.

No es normal que tu pareja o cualquier otra persona te golpee, te insulte, te humille, te difame, te quite o arrebate tu dinero, en encierre, te amenace, te obligue a hacer cosas que no te gustan, o te obligue a tener relaciones sexuales. Si te sucedió o sucede, ¡denuncia! y establece los límites que permitan el interrelacionamiento en el marco del respeto mutuo como seres humanos.