Había una vez un joven amante de la naturaleza, vio su patio lleno de flores y árboles, de repente se enojó mucho y empezó a arrancar todo y taló los árboles que aún eran pequeños y tiernos. La naturaleza al ver esto se puso muy triste, pues nunca vio que un joven pudiera hacerle tanto daño, a pesar de su tristeza decidió darle una última oportunidad, dándole una última semilla de molle.

El joven alzó la semilla por curiosidad mas no le importó. Una mañana se despertó muy temprano, salió al patio y notó algo raro, ya no sentía ese aroma tan agradable, ese color verde de las flores, plantas y arbolitos solo veía destrucción, ese color gris que le causaba tristeza. Volvió a su cuarto buscó la semilla y la plantó, al ver que la semilla crecía muy rápido supo que era un árbol de molle y se puso muy contento y aprendió a respetar a la naturaleza, plantó flores, vegetales y árboles.

Por Mijael Andrade

Curso 5 “A” Escuela Gabriela Mistral