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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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CONSTRUIR COMUNIDAD

Educación ciudadana de calidad

Educación ciudadana de calidad
Hace unas semanas tuve la oportunidad de visitar una de las ciudades más lindas y turísticas de Europa, Barcelona, del denominado viejo continente, pero de la cual deberíamos rescatar y tratar de incorporar muchas prácticas para lograr tener una educación ciudadana de calidad y así mejorar como sociedad y país.
La Unesco define a la educación ciudadana como la educación bridada a los niños desde la infancia temprana para que se conviertan en ciudadanos críticos e informados, que participen en las decisiones que conciernen a la sociedad.
A esta definición, habría que incluir que no sirve dar una “educación” cualquiera, sino que sea una educación de calidad con base en valores humanos que nos permitan ser una mejor sociedad.
Una de las cosas que me sorprendió durante mi estadía en esta bella ciudad, es la importancia, cuidado y respeto que se da a tres tipos de poblaciones: niños, ancianos y personas con capacidades diferentes; se podría decir que la planificación de la ciudad está con base en estos tres segmentos.
Estos aspectos son muy evidentes tanto en la población como en el uso de servicios, públicos como privados, por ejemplo, cuando se utiliza el transporte público, ya sea que vayas en bus, metro o tranvía, siempre encontrarás asientos preferenciales y elementos de seguridad y comodidad que están pensados para el uso de este tipo de población.
Ni qué decir de la educación de las personas en general, cuando ven que estás con un coche para bebés y necesitas ayuda de alguna forma, o el hecho de brindar un asiento en algún medio de transporte. Pero el grado de educación ciudadana va más allá, valores como el respeto que se tienen al cumplimiento de las normas es impresionante, desde el simple hecho de respetar el paso peatonal o las señales de tránsito, hasta otro tipo de acciones más concretas que conllevan a demostrar una cultura y educación ciudadana avanzadas y modernas (nada relacionado a la denominación del “viejo” continente).
Al estar fuera de tu patria, lamentablemente no puedes evitar hacer comparaciones con la educación ciudadana que nos toca como ciudad o país, y la verdad es que estamos menos que en pañales…
Sin embargo, más que criticar nuestra educación ciudadana actual, creo que deberíamos empezar por crear conciencia del tipo de educación que estamos dando a futuras generaciones. Según datos publicados en un periódico nacional, existen 1.2 millones de bolivianos en el exterior y se calcula que el 30 por ciento vuelve a nuestro país.
Más que el acento que se suele traer, por costumbre o apropiación, sería bueno que los que tenemos la oportunidad de estar fuera de nuestro país, ya sea por un corto o largo período, podamos traer a la práctica en nuestra vida cotidiana ese tipo de educación ciudadana, que tanta falta nos hace y que seguro nos ayudará a crecer más como sociedad.
¿Se imaginan poder cruzar un paso de cebra sin la angustia de que un automóvil venga a toda velocidad con el riesgo de que te pueda atropellar?, o simplemente dejar de tener una contaminación acústica por el exceso de las bocinas que más que necesidad ahora parece una costumbre, ¿cuántos accidentes de tránsito se evitarían?
Aprendamos del viejo continente los buenos hábitos para tener una educación ciudadana de calidad.