El 0.01 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Cochabamba provino de la actividad agroindustrial, cuando en Santa Cruz el aporte de la agroindustria es de 30 por ciento .

El dato es de 2017, pero la situación no varió significativamente porque en el departamento prima la agricultura tradicional. 

Para potenciar al sector agropecuario local, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) plantea el uso de la tecnología bajo un modelo denominado Agricultura 4.0, que fue presentado ayer en un seminario organizado por la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC) y el Ministerio de Desarrollo Productivo que impulsan la propuesta.

El especialista de IICA Ernesto Sheriff explicó que el modelo permite hacer agricultura de precisión con el uso de big data (uso de datos para tomar mejores decisiones), imágenes de satélite y drones para calcular la demanda de agua.

La tecnología permite a los agricultores conocer cuál es el estado real de cada parcela de su cultivo y así dosificar tanto el agua como los fertilizantes.

El seguimiento se puede hacer también al clima, a las plantas y a la tierra.

En algunos casos, este modelo permitió reducir el 30 por ciento de la huella de agua, que es el indicador del volumen de agua usado para producir los bienes y servicios que consumimos.

Bruno Condori, también miembro de IICA, explicó cómo la nanotecnología puede ayudar al productor a combatir los insectos de plaga, controlando sus ciclos reproductivos a través del monitoreo de la temperatura. Contrariamente a lo que se pudiera pensar, estos equipos, que caben en el bolsillo, cuestan alrededor de 310 bolivianos y el software también es accesible, en algunos casos es gratuito.

Celso Mamani, un agricultor de Villa Pagador invitado al evento, vio buenas perspectivas para el uso de sensores en riego, control de plagas en la apicultura y para prever efectos del cambio climático.

Sheriff afirmó que Cochabamba tiene capacidad para aplicar este modelo porque, a diferencia de otras regiones del país, tiene alta calificación de recursos humanos y alto crecimiento en industrias de base tecnológica, específicamente de software.

El presidente de la FEPC, Javier Bellott, señaló que se desarrolla una estrategia de implementación de este modelo junto a IICA y el Ministerio de Desarrollo Productivo.

“Queremos que Cochabamba lidere la agricultura con alta tecnología para incrementar la producción y la productividad, basados en el criterio de lograr productos con ventajas comparativas para que podamos llegar a mercados de Europa y Estados Unidos”.

Para el IICA, las herramientas tecnológicas son críticas para garantizar la alimentación de la población mundial, pero también para reconvertir la economía local.