Cuando hace una década atrás la halterofilia en Cochabamba era una potencia nacional y con más de 40 deportistas de élite, hoy la realidad es diferente y preocupante.

Esta disciplina hoy está ubicada dentro de un gimnasio privado y ocupa un espacio de 3x4 metros, sin las condiciones mínimas para entrenar adecuadamente o tener una escuela que permita fomentar la práctica de esta especialidad en diferentes categorías.

Las mochilas de los deportistas y sus pertenencias están a un lado del reducido ambiente y deben rotar entre ellos para utilizar las barras y los discos.

En algún momento los atletas se constituyen como los “chicos raros” del lugar porque solo entrenan en el pequeño ambiente y no pueden usar los aparatos que están en el gimnasio.

La “debacle” en este deporte olímpico, en el Cercado de Cochabamba, comenzó cuando fueron desalojados de las instalaciones del estadio Félix Capriles (donde funcionaba el gimnasio), para la remodelación de cara a los Juegos Suramericanos de 2018.

“Los atletas dejaron de entrenar cotidianamente y poco a poco dedicando su tiempo a otras actividades. La dirigencia tuvo dificultades y los pocos que quedamos estamos de forma interina y prevé convocar a elecciones los próximos días”, declaró, Alex Amonzabel, titular interino de la Asociación de Halterofilia.

El directivo explicó que cada atleta debe pagar 120 bolivianos mensuales para cubrir el alquiler del ambiente y eso limita la presencia de más deportistas.

“Con las limitaciones que existen para llevar adelante las prácticas, es muy difícil pensar o conquistar un cupo para un torneo internacional como los Panamericanos de Lima, Perú”, acotó el dirigente, soltando un suspiro de impotencia.

Los pocos deportistas que están en el gimnasio explicaron que los equipos que tienen son del año 2000 y hasta la fecha “tienen un desgaste considerable”.

Equipar el gimnasio con barras, discos y otros implementos nuevos tiene un costo que supera los 20 mil dólares.

“Es mucho dinero para esta disciplina. Las autoridades deportivas de la región y del país no brindan el apoyo necesario. Este deporte se está muriendo en el Cercado y eso nos deja muy preocupados. Como va a la fecha en unos cuatros años es posible que ya no tengamos atletas en un deporte olímpico”, indicó Amonzabel.

Por su parte, el atleta y entrenador de la especialidad, Mauricio Canaviri, explicó que no tiene las condiciones para llevar adelante una adecuada preparación ya que en el último nacional, disputado el en Santa Cruz del 3 al 7 de julio, solo representaron a la Llajta dos atletas.

“Estuvimos en el último nacional Gabriela Posta y mi persona. Es muy triste porque no tienes posibilidad de luchar una medalla por equipos”, dijo Canaviri, quien busca la forma de salir adelante en el deporte que lo apasiona.

Pese al esfuerzo que pone Mauricio para estar en un buen nivel competitivo y fomentar la halterofilia en la Llajta, también prevé que la asociación en Cercado “desaparezca” por la falta de apoyo de las autoridades municipales y departamentales.

Por su parte, Israel Fernández deportista de la asociación, aseguró la nueva ubicación del gimnasio es desconocido para la población y evita que lleguen más personas para crecer como institución.

“Ningún atleta que entrene en este gimnasio se puede sentir motivado, pero tenemos que hacer todo lo necesario para trabajar por esto que nos gusta”.

Lo que también impide el crecimiento de la asociación es la imposibilidad de crear los clubes municipales con personería jurídica, como exige la Ley del Deporte.

Es un llamado de atención para las autoridades deportivas de la región para evitar que una disciplina con tanta historia y logros a nivel nacional e internacional se “deje morir”.

El pedido de los deportistas es que se lleven adelante las elecciones en la entidad para “buscar nuevos horizontes”.