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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Habilidades juveniles

Habilidades juveniles
Este 15 de julio se conmemoró el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud, según la Organización de Naciones Unidas, para recordar que los jóvenes son un colectivo estratégico para lograr un avance en las sociedades. La celebración de este día busca empoderar a los jóvenes para que sean influyentes en el mundo y un factor fundamental contra los problemas como el cambio climático, el desempleo, la pobreza, la desigualdad de género y la migración. Actualmente, hay 1.200 millones de jóvenes entre 15 y 24 años que representan el 16 por ciento de la población mundial.

La educación y la formación son cruciales para desarrollar habilidades que conviertan a los jóvenes en agentes de cambio y tengan una participación activa en los esfuerzos de desarrollo para lograr sociedades sostenibles, inclusivas y estables para alcanzar las metas de 2030.

América Latina tiene una población joven de 140 millones de personas, de los cuales un 22 por ciento , aproximadamente 30 millones de jóvenes, de entre 15 y 29 años, no estudian ni tienen empleo según datos de 2012. De esa cifra, un 70 por ciento es mujer del sector urbano, el 55 por ciento se dedica al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, el 2 por ciento está cesante o busca trabajo remunerado y el 15 por ciento está inactivo. Esta es la “generación nini”, que son jóvenes que están quedando al margen de esas dos instituciones fundamentales para la inclusión social: educación y empleo; una fuerza humana que está abandonada a su suerte y que seguramente engrosará las filas de la delincuencia, las pandillas y la droga y que no podrá ser parte de ese movimiento que menciona Ban Ki-moon, como “destinada a romper con los patrones del pasado y situar al mundo en la senda de un futuro más sostenible”.

En Bolivia, según el ultimo censo, se tiene una población joven de 2 millones, de los cuales unos 400.000 jóvenes no tienen empleo y tampoco estudian, según informe de organizaciones especializadas. Es posible que esta población esté dentro de la informalidad y su futuro es incierto y su potencial innovador, seguramente, no podrá ser aprovechado para generar esos cambios en la sostenibilidad de Bolivia y el mundo. Se requiere una política urgente en el ámbito económico y de educación para generar posibilidades de formación especialmente diseñadas para que esta generación adquiera habilidades, conocimientos y capacidades que le permitan afrontar el futuro sin quedar marginados. Gamero, de la OIT, señala que: “Si no se focaliza la atención sobre esta población, estaríamos desaprovechando el bono demográfico y desperdiciando el talento de una proporción importante de la juventud”.

Por otro lado, los jóvenes que están dentro del ámbito de formación universitaria suman otro medio millón de personas que estarían desarrollando habilidades y competencias que les permitan ser profesionales y tener un papel más decisivo a la hora de participar en cambios de nuestra sociedad.

El rol que tiene el Gobierno y la academia para desarrollar habilidades en los jóvenes es fundamental por las razones antes citadas. Es por eso importante preguntarnos qué estamos haciendo al respecto, tanto con los ninis como con la población universitaria y si realmente estamos valorando el talento y potencialidad que tiene nuestra juventud.

Ya no es suficiente desarrollar habilidades duras en esta población, es decir, conocimiento académico que se obtiene por un proceso formativo formal, desde la escuela y colegio hasta salir de la universidad. Que como sabemos es un modelo anticuado que tiene como foco formar personas con el chip de ser empleados, en un país donde más bien el desempleo se está incrementando por la desaceleración económica que vivimos desde el año 2015 (...).