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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Científicos revelan que la copa menstrual es segura

Científicos revelan que la copa menstrual es segura

"Se busca" una alternativa más económica que los tampones y las compresas habituales y también más respetuosa con el medio ambiente. La elegida podría ser la copa menstrual, a falta de confirmar su impacto en la salud de las mujeres. Ahora, se presenta la primera revisión sistemática que analiza los datos de 3.300 mujeres y concluye que, a priori, este producto es tan seguro como los sistemas convencionales y, además, no supone mayores fugas.
"A pesar de que 1.900 millones de mujeres en todo el mundo están en edad de tener la menstruación y gastan un promedio de 65 días al año en el tratamiento del flujo sanguíneo, existen pocos estudios de buena calidad que comparen productos sanitarios", asegura Penelope Phillips-Howard, profesora en la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool (MTSA), en Reino Unido, y principal autora del trabajo que acaba de publicar la revista The Lancet Public Health.
Con el objetivo de abordar esta cuestión, Phillips-Howard y su equipo seleccionaron 43 estudios con un total de 3.319 participantes en países de ingresos bajos, medios y altos ingresos. Recopilaron información de conferencias, informes, tesis, literatura científica, costes, análisis de los materiales utilizados y estimaciones preliminares sobre el ahorro de desechos.
Según los autores, no hubo mayor riesgo de infección asociado con el uso de copas menstruales entre las mujeres y niñas europeas, norteamericanas ni africanas. No se observaron alteraciones de la flora vaginal ni daño tisular en la vagina ni en el cuello uterino.
En cuanto a la fuga, fue similar en tres estudios y significativamente menor entre las copas menstruales para un estudio. En algunos trabajos, las fugas se asociaron con un sangrado anormalmente intenso, una anatomía inusual del útero, la necesidad de una copa más grande, la colocación incorrecta de la copa y la copa que se llena

En lo que respecta al coste y al ahorro de desperdicios, los autores sugieren que en el transcurso de 10 años, una copa supondría aproximadamente entre el 5 por ciento y el 7 por ciento del coste de 12 compresas o tampones por periodo. Por otro lado, se estima que la copa sólo crea el 0,4 por ciento de los residuos plásticos generados por las opciones convencionales. En definitiva, "alrededor del 70 por ciento de las mujeres querían seguir usando copas menstruales tras familiarizarse con la forma de colocarlas", señala Phillips-Howard.
En teoría, todo son ventajas para un método que consiste en un recipiente, generalmente de silicona, que se introduce en la vagina durante la menstruación para recoger el flujo sanguíneo en lugar de absorberlo, como hacen las compresas y los tampones. Dado que, tal y como advierten los responsables de la revisión científica, la calidad de los estudios disponibles es baja, "se necesitan más estudios sobre las copas menstruales".
En la misma línea, Pilar Lafuente, ginecóloga del Hospital La Paz de Madrid, opina que aunque esta opción suponga un impacto en la economía y en el medio ambiente, "hay que comprobar con estudios de mayor rigor epidemiológico, el impacto sobre la salud".
Tal y como pone de manifiesto la revisión, excepcionalmente se contabilizaron cinco casos del síndrome de shock tóxico, aunque no se pudo determinar con certeza que las copas fueran la causa. Dicha afección es un trastorno grave y, por suerte, extremadamente infrecuente. Debuta con síntomas como fiebre alta, diarrea o náuseas que de forma rápida pueden generar insuficiencia renal, cardiaca o hepática e incluso conducir a la muerte.
Según datos de los Institutos de Salud de EEUU (NIH), alrededor de la mitad de estas infecciones están asociadas al uso de tampones y, dada la baja calidad de los estudios disponibles hasta la fecha, no se puede descartar que las copas menstruales incrementen el riesgo de contraer esta enfermedad (desencadenada por el mayor crecimiento de la bacteria Staphylococcus aureus). De hecho, así lo subrayaba un trabajo publicado en 2018 y realizado por la Sociedad Americana de Microbiología y la facultad de Medicina de la Universidad de Lyon.
Aunque no se conoce a fondo, se piensa que la capacidad de absorción de estos productos y su colocación en el interior de la vagina permiten mayor concentración de oxígeno en la zona, lo que favorecería la producción de toxinas. Por eso los especialistas recomiendan un correcto uso de estos dispositivos, higiene y no tenerlos durante más de ocho horas.
No obstante, el prospecto de las copas menstruales indica hasta un máximo de 12 horas. Como explica Laura Martín Gutiérrez, farmacéutica del área de servicios asistenciales del Consejo General de Colegios Oficiales Farmacéuticos (CGCOF), "la copa recoge mayor cantidad de flujo que la que absorben las compresas y los tampones y el material del que está hecho es inerte, no reacciona ni es poroso y no se fijan las bacterias". Al igual que con otras opciones, matiza esta experta, "la higiene es clave para evitar desarrollar infecciones".
Aparte, la revisión también dejó constancia de otra de las dificultades que pueden presentarse cuando las mujeres llevan un dispositivo intrauterino (DIU). La extracción de la copa se asocia con la extracción involuntaria de dicho anticonceptivo. Además, en este grupo se identificaron algunos casos de dolor, heridas vaginales, erupción cutánea y alergias.
Tanto las ginecólogas consultadas como la farmacéutica están de acuerdo en la necesidad de realizar más estudios a largo plazo y con mayor rigor.