Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Un mar de controversias

Un mar de controversias
De entre tantas controversias que tenemos con el vecino país de Chile, se suma la demanda ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la Haya, por las aguas de los manantiales del Silala.

Se dice que el Tratado de 1904 fue impuesto con amenazas, contiene dolo, vicios de nulidad y de consentimiento, es inconstitucional e incumplido, razones estas que obligan a Chile a la obligatoriedad de negociar.

El 6 de junio de 2016, Chile planteó la demanda contra Bolivia, respecto al uso y aprovechamiento de las aguas de los manantiales del Silala o Siloli, sabiendo perfectamente que no existe un río internacional llamado Silala. Lo dice el ingeniero Antonio Bazoberry: “Que en la región desértica del Quetena, no escurre agua de lluvia, porque no llueve, tampoco existen aguas de deshielo ni aguas de excedencias de lagunas que puedan infiltrarse en el subsuelo para originar acuíferos subterráneos y vertientes que afloren y escurran por gravedad en la superficie de los suelos volcánicos permeables”. Posteriormente, Bolivia, el 31 de agosto de 2018, entregó una contramemoria y, a su vez, una contrademanda en el marco de lo estipulado por la CIJ y bajo los argumentos ya señalados, para que el 15 de febrero de 2019, Chile hiciera conocer su réplica ante el Tribunal Internacional, sosteniendo la misma tesis. Ante esta replica, el Estado boliviano presentó la dúplica el 15 de mayo. Actualmente, se espera la fecha para que ambos países presenten sus alegatos finales.

En este conflicto, de que las aguas del Silala provienen de un río internacional o que son manantiales o bofedales, surgen dos tesis eminentemente contrapuestas, por lo que me permito tomarlas en cuenta para que ustedes estimados lectores tengan mayores elementos de juicio para conocer el tema con mayor profundidad y sepan que los problemas se generan particularmente en torno al aprovechamiento de las aguas del Silala, así como del río Lauca y del río Caquena o Cosapilla; que son precisamente los recursos hídricos, motivo de controversia bilateral de carácter jurídico, político, económico y social.

Por un lado, la tesis boliviana considera a las aguas del Silala como manantiales o vertientes, que afloran naturalmente a la superficie y que por obras de canalización hechas a principio del siglo pasado por empresas chilenas llegan hasta territorio extranjero; por todo esto no es un río, si bien estas aguas discurren de un lugar a otro, no lo hacen de manera natural, pues ha tenido que intervenir la mano del hombre para su recolección y transporte.

Por otro lado, la tesis chilena considera al Silala como un río internacional transfronterizo, que nace en una o varias vertientes o manantiales y fluye por un cauce fluvial, en forma natural, obedeciendo a la gravedad, aunque esté parcialmente canalizado y, en algunas partes, embalsado.

Para finalizar este artículo, deseo agradecer la contribución importante de los compañeros de posgrado: Gerónimo Juan Choque Portillo, Laura León Velasco, Abel García Moreno, Ernesto Mauricio Meruvia García y Óscar Gonzalo Ríos Condori, al haber realizado un trabajo relacionado a la resolución de controversia sobre “Las Aguas del Silala”, y que por unanimidad tomamos como mejor alternativa resolver el conflicto con Chile, ante la Corte Internacional de Justicia, por tener una jurisdicción universal.