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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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ES RECONOCIDO POR LA UNIÓN EUROPEA

Alemania abre sus puertas al maní repelado de Mizque

Es la primera vez que saldrá producto orgánico certificado y con valor agregado. Se alista el envío de 36 toneladas a despacharse entre agosto y septiembre.
Alemania abre sus puertas al maní repelado de Mizque


Productores de maní de Mizque lograron un contrato de exportación de maní orgánico certificado con valor agregado para clientes de Alemania. El primer envío será de 36 toneladas a despacharse entre agosto y septiembre.

Se trata de la Asociación de Productores de Maní (Aproman) que cuenta con 280 socios, quienes con el paso del tiempo lograron conformar una empresa que autónoma.

El director de la Fundación Valles, Miguel Florido, explicó que en 2012 Bolivia logró exportar por primera vez maní orgánico certificado a Alemania y fue con la producción de Aproman.

El envío pactado para este año tiene valor agregado porque se enviará el maní repelado, es decir sin la cáscara roja que se denomina tegumento, proceso que el comprador realizaba en Holanda.

Parecería un procedimiento sencillo, pero tuvo que pasar por un riguroso proceso de análisis y certificación ya que para el pelado se utiliza agua caliente y el agua de Mizque no reunía las condiciones de potabilidad exigidas por la Unión Europea (UE).

Tuvieron que pasar varios años en los que se perfeccionó un proceso de potabilización que incluye tratamiento con rayos ultravioleta, inyección de ozono y filtros solares.

En mayo de 2018, Aproman envió 20 quintales de maní pelados con el agua tratada y en mayo pasado recibió la aprobación del cliente.



RECORRIDO El camino transitado por los productores de maní de Mizque comenzó en 2004, cuando la Fundación Valles identificó, en Bolivia, 16 cadenas productivas con potencial de hallar mercado. Una de ellas era la de maní.

Se creó el Proyecto Maní para apoyar a pequeños productores mejorando sus procesos, brindando asistencia técnica desde la selección de semillas hasta la comercialización.

Por cerca de ocho años dio apoyo tanto a la producción de maní convencional como a la de orgánico y dio lugar a la creación de siete organizaciones de productores, Aproman fue una de ellas.

Los productores recibieron asistencia técnica para la selección y desinfección de semillas; manejo de suelos y diseño de maquinaria para siembra y desarrollo de buenas prácticas para cosecha, fertilización, control de plagas y enfermedades. También sobre procesos de almacenamiento y empaque.

Con los años, Aproman se convirtió en una empresa autónoma y se encarga de todo el proceso, desde el acopio del maní pasando por la selección, clasificación, empacado y la exportación.

La certificación como producto orgánico se renueva cada año y cuenta con el reconocimiento de la Unión Europea.

Se debe demostrar que la producción es libre de químicos, tanto en la fertilización de la tierra como en el control de plagas y tiene que haber rotación de cultivos para no degradar los suelos. También debe haber buen manejo de residuos y del agua de riego (no se utiliza riego por inundación), además de otros requisitos documentales. Todo está a cargo de un comité de control interno a cargo de los mismos productores.

El quintal de maní convencional cuesta 300 bolivianos, pero los productores de Aproman reciben un 15 por ciento más por tener un producto certificado.

No toda la producción se exporta. Recientemente, 220 quintales se destinan a la producción de derivados para la provisión de desayuno escolar.



COMPONENTE SOCIAL Aproman contrató un grupo de mujeres que trabaja en la selección del fruto, un trabajo para el que se necesita la meticulosidad femenina. Hasta 2018 eran 15 operarias y en època de alta demanda llegan a 40.

A través de OXFAM y Valles reciben talleres de liderazgo, autoestima, equidad de género y se alienta su participación en la dirigencia de Aproman.

Apuntes

Maní sano

Productores de Chuquisaca y de Cochabamba aplican el Sistema Integral Para el Control de Aflatoxinas (SIPCA), cumpliendo estándares internacionales de sanidad para tener una producción orgánica certificada.

Entre 2014 y 2018, a través de la Fundación McKnight, fueron capacitados 270 productores en 16 eventos que contribuyeron a fortalecer el buen manejo productivo del maní.



Monitoreo interno

A través de un sistema de control interno, los productores mantienen y monitorean la producción orgánica.

Doce personas provenientes de las comunidades productoras de maní organico de Mizque (en Cochabamba) y Alcalá y Villa Serrano (en Chuquisaca) asumen el rol de inspectores de calidad.



Apoyo a emprendedoras

A partir de la Asociación de Productores de Maní (Aproman) de Mizque, se impulsa el espíritu emprendedor femenino.

La Fundación Valles otorgó capital de arranque para que un grupo de mujeres compre semillas de buena calidad y se conviertan en distribuidoras, generando ingresos propios.



Mercados externos

Entre los principales compradores internacionales del maní boliviano están Perú, los Países Bajos y Ecuador. Las variedades que gozan de mayor preferencia son overo, guano, chiquitano, bayo y colorado.



Zonas productoras

El maní es un cultivo sumamente adaptable, lo que hizo posible la producción en varias regiones del país como Potosí, Cochabamba, Chuquisaca, Santa Cruz, La Paz y Tarija.



Origen del maní

Estudios revelan que el maní moderno tiene su origen en Bolivia y es el resultado de la hibridación de dos antiguos tipos de maní andino.

Esas variedades se conocen con el nombre científico de Arachis duranensis y Arachis ipaensis, una muy común en el noroeste argentino y la otra proveniente de Bolivia, a kilómetros de distancia.

Los primeros habitantes de Sudamérica, en sus largas travesías, llevaron A. ipaensis a los terrenos de A. duranensis hace 10.000 años. Una vez en la misma zona, una abeja se encargó de polinizar las flores de las plantas de maní, dando origen al híbrido que nuestros antepasados sudamericanos comían y que luego derivó en el maní moderno, según un estudio de la Universidad de Georgia.