Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
  • Actualizado 10:50

Patricia Quintanilla: “A Evo Morales le diría que es un impostor”

Patricia Quintanilla: “A Evo Morales le diría que es un impostor”

Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil. Hugo Chávez en Venezuela. Evo Morales en Bolivia. Rafael Correa en Ecuador. Néstor y Cristina Kirchner en Argentina. Personajes carismáticos, vitales, poderosos. Cinco países que siguieron un rumbo similar y cinco (seis) líderes natos que cambiaron la historia latinoamericana y, también, el curso que las ideologías de izquierda en el paso del siglo XX al XXI. Del entusiasmo a la decepción, la debacle económica o la corrupción, la cineasta limeña Patricia Quintanilla analiza en su documental Izquierda XXI ¿? —con decenas de entrevistas y valioso material de archivo— la historia reciente de esos cinco países, la caída de la izquierda latinoamericana y el rumbo que puede seguir a partir de ahora.

De pequeña quería ser…

Reportera de guerra.

¿Cuál es el mejor consejo que recibió de alguno de sus padres?

Mi padre nos aconsejó a mis hermanos y a mí que uno debía estudiar algo que le apasionara. Porque será siempre su tabla de salvación.

¿Con quién le gustaría quedar atrapado en un ascensor?

¡Con alguien! ¡No importa con quién, pero sola no!

¿Algún sitio que le inspira?

Bolivia me inspira. Toda Bolivia, no solo el altiplano. Es un país maravilloso.

¿Cuál ha sido el mejor regalo que ha recibido?

Mis hijos.

La película consigue retratar algo muy bien, y es el pulso que parece atravesar todo el continente, de Argentina a Brasil; una especie de latido histórico común. ¿En qué momento cree que está Latinoamérica ahora?

Hay un movimiento histórico común, sí, parece una estrategia. Pero dicho esto, Argentina y Brasil tienen una gran diferencia con el resto de países: tienen instituciones sólidas. Por eso los populismos no han podido cambiar el país y cooptar todos los poderes. Allí hay elecciones libres, y los gobernantes no se han podido atornillar.



¿Qué significa para usted la figura de Evo Morales?

Pues debo confesar que yo fui una de las que lloró y se emocionó al principio. Fue una esperanza muy grande. Con la BBC creo que yo fui la primera que le hizo una entrevista internacional, hace mil años, cuando solo era líder cocalero. Quedé fascinada. Por eso la decepción ha sido tan tremenda.

¿Ese carisma que comparten ha blindado a estos líderes?

Sí. Pasó por ejemplo con Lula: todos estábamos acostumbrados a tanta corrupción que, por ejemplo, con él decíamos: “Ay, pero por un departamentito...”. Pues no. No es un departamentito: es la cabeza de un sistema de corrupción ciclópico que atenaza Brasil.

¿Dónde va hoy la izquierda latinoamericana?

Es la reflexión final del documental. No sabemos qué pasará. Va a ser como el muro de Berlín pero en clave latinoamericana, y hay que asumirlo para volver a reinventarnos. No va a haber una izquierda idealizada, no vamos a creer en los engaños del poder.

¿Qué película mataría por haber hecho?

¡Esta! Han sido mil años de catarsis. Ahora voy a por otra: tengo en mente una película de ficción sobre las mujeres de mi generación. ¡Y voy a matar por hacerla!

En una fiesta de disfraces, ¿de qué se disfrazaría?

No me disfrazaría. ¡Lo odio!

¿Qué la deja sin dormir?

El perder la democracia. Porque se pierde el futuro de mis hijos y de mi país.

¿Y tiene algún sueño recurrente?

No sueño [susurra]. Duermo cuatro horas y nunca recuerdo.

¿Cuál es su olor preferido?

El del jazmín y la lavanda. Y el del café.

¿Qué personaje del cine o la literatura se asemeja a usted?

Bueno, no es un personaje de ficción, pero siempre admiré a Oriana Fallaci.

Respecto a su trabajo, ¿de qué está más orgullosa?

De esta película. De haber logrado hacer las entrevistas y el montaje que he hecho.

¿Cómo ve el futuro de Bolivia?

¡Esa es la gran incógnita!

¿Qué le diría a Evo si lo tuviera delate?

[Gira la cabeza, como moridéndose la lengua]: Que es un impostor.