Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 00:01

Mercados y promesas

Mercados y promesas
No solo hay un elevado riesgo de incendios, sino también menudean los robos y los problemas de malos olores por  el colapso de la red de alcantarillado. Nos referimos a los mercados de la ciudad, donde la población se abastece de alimentos y otros artículos.

En estos centros de abasto ocurrieron varios incendios, especialmente a causa de cortocircuitos, con la pérdida de miles de bolivianos para los comerciantes, sin embargo, la situación de seguridad no mejora, pese a las recurrentes promesas de las autoridades.

Cada vez que se produce un incendio que afecta a las casetas de algún mercado, las autoridades de la Intendencia y Bomberos se comprometen a que las condiciones de inseguridad se solucionarán. Hablan de proyectos a mediano y largo plazo, pero con el paso de los días, estos anuncios se diluyen, y nadie más toca el tema hasta que sucede una nueva tragedia y los comerciantes exigen cambios en las redes de energía eléctrica, por ejemplo.

Un reportaje publicado por este diario el pasado 5 de julio concluye, por testimonios de los comerciantes, que el riesgo de incendios por conexiones eléctricas deficientes, desagües tapados que provocan inundaciones ante una mínima  lluvia, pasillos abarrotados por vendedores ambulantes y sin salidas de emergencia son algunos de los peligros que persisten en los mercados Calatayud, San Antonio y La Pampa.

En los últimos 10 años hubo varios incendios en estos tres mercados, dos de magnitud, pero la situación, en vez de mejorar, ha empeorado, y ahora hay más riesgos para los comerciantes y los miles de compradores.

Raúl Ayma, dirigente de los  vendedores de q’oa, es contundente al señalar que en La Pampa la situación sigue siendo como hace 40 años.

Uno de los mayores riesgos tiene que ver con las decenas de conexiones eléctricas mal hechas que pueden ocasionar cortocircuitos e incendios.

La Empresa de Luz y Fuerza Eléctrica Cochabamba, en coordinación con la Alcaldía, debería resolver el tema de las instalaciones de energía eléctrica a la brevedad posible, fijando un cronograma serio y que se cumpla. Con este trabajo se reducirá el riesgo de accidentes para tranquilidad de comerciantes y compradores.

Asimismo, la delincuencia campea en los pasillos de los mercados. Malhechores avezados, en grupos organizados, se dedican a sustraer mercadería de vendedores, a la pasada, y también de robar objetos de valor de mochilas, carteras o bolsillos de los compradores.

Para combatir la delincuencia, y como la Policía no abastecía en el control, los comerciantes contrataron a guardias de seguridad privada, conocidos como hombres de negro.

Sin embargo, la delincuencia ha crecido en tal magnitud, que, al parecer, ni la seguridad privada logra contener los casos de robos. Un dirigente del mercado San Antonio afirmó que los delincuentes operan durante todo el día, sin que se pueda dar una solución efectiva.

Por todos los temas mencionados líneas arriba, las autoridades de Cochabamba tienen mucho trabajo en los mercados, pero será importante que lo hagan en forma coordinada, con plazos que cumplir.

Otra alternativa es que los comerciantes acepten la descentralización de los mercados y salgan a los barrios, para descongestionar estos espacios que aglutinan cada día a miles de personas.