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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Arquitectura escolar en Cochabamba

Arquitectura escolar en Cochabamba
En el libro titulado ¨Bolivia en el Primer Centenario de su Independencia¨, publicado en el año 1925, encontramos algunos datos: El 24 de marzo de 1907, con el propósito de propagar y crear música nacional, Teófilo Vargas fundó el Conservatorio Musical ¨Cochabamba¨. El 21 de enero de 1913 se fundó el Colegio Nacional Bolívar, ubicándose el local en la extremidad de El Prado, luego en la casa-quinta del expresidente Dr. Mariano Baptista y, posteriormente, en el edificio que denominaban ¨la universidad¨, junto al colegio Gran Mariscal de Ayacucho, conocido como colegio Sucre. En 1914 se fundó la Escuela de Artes y Oficios de Cochabamba y el 15 de marzo de 1924, la Escuela Primaria de niñas. De estas primeras edificaciones, quedan pocas.

En nuestra ciudad se fundaron numerosas unidades educativas, algunas reconocidas por ocupar una infraestructura de aporte a la arquitectura cochabambina. Citamos algunos colegios, escuelas y liceos identificados por su emplazamiento: Sucre, Bolívar, Daniel Sánchez Bustamante, Abaroa, Mejillones, Adela Zamudio, Luís Quintín Vila, Bolivia, Elena Arze de Arze, Francisco Prada, Mayor Desiderio Rocha, C. Teodomiro Beltrán, Carrillo, Escuela de niñas Cobija, La Salle, Santa Ana, 6 de Junio, Francia, Alemán Santa María, Santa María Micaela, Don Bosco, Irlandés, San Agustín, Instituto Americano, Angloamericano, Don Bosco y Laredo, entre otros.

Al recordar que el 24 de mayo de 1924, por Decreto Supremo, se estableció el 6 de junio como el ¨Día del Maestro Boliviano¨, en conmemoración a la fundación de la primera Escuela Normal de Maestros en Sucre y al nacimiento de Modesto Omiste, ¨Padre de la educación boliviana¨, corresponde abrir espacios para el reconocimiento del género arquitectónico educativo, como parte de nuestro patrimonio cultural, existiendo la necesidad de realizar un estudio de las edificaciones escolares en nuestra ciudad y dependiendo de sus características postularlas para su declaratoria de patrimonio, en virtud a su valor testimonial, como recintos que forjaron y educaron a la población a través de la historia. Asimismo, promover en cada recinto un espacio de memoria, para recordar a los meritorios maestros y maestras que contribuyeron en la formación de nuevas generaciones.