Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Pueblo y 18M en Chimoré

Pueblo y 18M en Chimoré
Cuando se habla del pueblo en abstracto, suelen atribuírsele a este decisiones, posiciones y, generalmente, se le embarga el derecho a usar su propia voz. Así, por ejemplo, las mujeres suelen terminar subordinadas a la voz de unas pocas que desde su vivencia y posición, generalmente pequeño-burguesa, representan a la totalidad, lo que exactamente pasa con obreros, “indios”, intelectuales progresías, etc.

No es de extrañar, entonces, que cuando cientos de miles de personas -se estima sin exageraciones que más de un millón- se concentraron el pasado 18 de marzo en Chimoré para apoyar la candidatura del presidente Evo, los ojos nublados de la ideología de la derecha, no ven sino feligreses, pagados y ovejas, como si cualquiera de sus tiendas políticas o todas ellas juntas pudieran alguna vez acercarse a realizar algo parecido.

Y están lejos de algo parecido, porque todos y todas ellas desprecian a lo popular, odian en sus vidas, discurso y sus acciones todo lo que no sea una vida burguesa, o por lo menos el espejismo de ella.

De esta manera, la inmanencia de la realidad ha dado otro golpe a la derecha y las tendencias derechistas; el sentido obrero, indígena, campesino, intelectual progresista, es decir lo popular, se ha manifestado. La conciencia popular ha sentido la necesidad de ponerse al frente de nuevo, lista para enfrentar a la derecha, pues Bolivia, de la historia anticolonial y anticapitalista, se disputa su vigencia frente al conservadurismo y la restauración neoliberal en donde ser “blanco” y de apellido eran suficiente para estar por encima de los demás.

En Chimoré, esas mayorías, con voz propia, con alegría y con dolor, se movilizaron por un proyecto y un horizonte revolucionario común tejido en las resistencias al neoliberalismo, parido con la sangre de valientes mujeres y hombres que levantaron sus voces y sus puños por mejores días en bloqueos, en enfrentamientos, en huelgas, con sus vidas…

Frente a esta realidad inmanente, a la derecha, a sus voceros, a sus articuladores, a quienes comparten sus criterios, las masas este 18M en Chimoré les han demostrado que pueblo es quien asume un rol y pone el cuerpo, que es al final de cuentas la forma en la que la política de Bolivia termina de manifestarse para asegurar la victoria de quienes asumen un proyecto común.