La dilatada creación literaria de la escritora, ensayista y poetisa norteamericana Siri Hustvedt, capaz de combinar la ciencia con las artes y humanidades desde una perspectiva ética y feminista, le ha hecho merecedora ayer del Premio Princesa de Asturias de las Letras.

La autora, que se ha impuesto a otras veintisiete candidaturas que optaban al galardón, ha sido reconocida por abordar en sus obras, traducidas a más de treinta idiomas, su “preocupación por las cuestiones fundamentales de la ética contemporánea” desde “posiciones muy valientes”.

Hustvedt ha afirmado sentirse “cómoda y feliz”, después de conocer la concesión de un premio que considera como caído "del cielo", y ha asegurado que este tipo de reconocimientos sirven para reivindicar el papel de la mujer en el mundo de las letras porque aún se piensa en las escritoras como “menos importantes” que sus colegas masculinos.

“Pensamos en las mujeres escritoras como menos serias y menos importantes. A veces incluso consideramos que están contaminadas por la feminidad. Estos son aspectos profundos y, en muchos casos, no reconocidos de nuestra cultura a los que debemos prestar atención”, ha advertido en Londres en una entrevista con EFE.