Ministerio sin culturas
19 de mayo de 2019 (20:10 h.)
Hace no más de un mes me topé, por casualidad, con una realidad muy interesante. En España, el país culpable de la conquista y de los peores doblajes de cine, existe el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Sí, lo leyó bien. Este ministerio existe desde el 1979, pero su actual nomenclatura tiene poco menos de un año. Y su vigente ministro es Pedro Francisco Duque Duque, un ingeniero aeronáutico que fue también el primer astronauta de nacionalidad española. Sí, lo sé, suena absurdo, alguien preparado y competente a cargo de un ministerio, parece ciencia ficción.
Ahora, volviendo a este lado del charco, ¿por qué les hablo de algo que no nos toca en lo más mínimo? Desde la creación del Ministerio de Culturas y Turismo (MCT desde ahora), la última década, desde el medio cultural hemos insistido en la necesidad de elaborar y repensar las políticas culturales de la nación.
En algunos casos, en particular en los primeros años, se designó a personalidades destacadas del sector cultural al MCT. En esos momentos consideramos que eran decisiones acertadas y cuando las políticas culturales nacionales no cambiaron mucho lo atribuimos a su inexperiencia en la gestión cultural.
Pero las últimas dos gestiones del MCT han sido marcadas por una peculiaridad: La constante pérdida de importancia del sector cultural para el Ministerio que debería ocuparse del mismo. Tan es así que la segunda mayor convocatoria para proyectos culturales, llamada “Intervenciones urbanas”, depende del Ministerio de Planificación del Desarrollo y no del MCT.
El Premio Plurinacional Eduardo Abaroa, por el otro lado, nunca fue iniciativa del MCT. Recordemos, el Decreto Supremo Nº 859 de fecha 29 de abril de 2011, da creación al Fondo de Fomento a la Educación Cívico Patriótica. Este fondo es gestionado por los ministerios de Defensa, Cultura y Comunicación, en coordinación con el Consejo Nacional de Reivindicación Marítima. Su financiación depende del 0.2 por ciento de los recursos provenientes del IDH, de los gobiernos autónomos departamentales, gobiernos autónomos municipales, universidades públicas, Fondo de Desarrollo de Pueblos Indígenas Originarios y Comunidades Campesinas y Tesoro General de la Nación. Y por ahí nació el premio.
Para resumirlo: el MCT se encarga de la difusión de la convocatoria.
Pero la raíz de este problema es el organigrama. El MCT tiene tres viceministerios: el de Turismo, el de Descolonización y el de Interculturalidad. Ninguno de ellos parece ocuparse de políticas culturales.
Ahora, volviendo a este lado del charco, ¿por qué les hablo de algo que no nos toca en lo más mínimo? Desde la creación del Ministerio de Culturas y Turismo (MCT desde ahora), la última década, desde el medio cultural hemos insistido en la necesidad de elaborar y repensar las políticas culturales de la nación.
En algunos casos, en particular en los primeros años, se designó a personalidades destacadas del sector cultural al MCT. En esos momentos consideramos que eran decisiones acertadas y cuando las políticas culturales nacionales no cambiaron mucho lo atribuimos a su inexperiencia en la gestión cultural.
Pero las últimas dos gestiones del MCT han sido marcadas por una peculiaridad: La constante pérdida de importancia del sector cultural para el Ministerio que debería ocuparse del mismo. Tan es así que la segunda mayor convocatoria para proyectos culturales, llamada “Intervenciones urbanas”, depende del Ministerio de Planificación del Desarrollo y no del MCT.
El Premio Plurinacional Eduardo Abaroa, por el otro lado, nunca fue iniciativa del MCT. Recordemos, el Decreto Supremo Nº 859 de fecha 29 de abril de 2011, da creación al Fondo de Fomento a la Educación Cívico Patriótica. Este fondo es gestionado por los ministerios de Defensa, Cultura y Comunicación, en coordinación con el Consejo Nacional de Reivindicación Marítima. Su financiación depende del 0.2 por ciento de los recursos provenientes del IDH, de los gobiernos autónomos departamentales, gobiernos autónomos municipales, universidades públicas, Fondo de Desarrollo de Pueblos Indígenas Originarios y Comunidades Campesinas y Tesoro General de la Nación. Y por ahí nació el premio.
Para resumirlo: el MCT se encarga de la difusión de la convocatoria.
Pero la raíz de este problema es el organigrama. El MCT tiene tres viceministerios: el de Turismo, el de Descolonización y el de Interculturalidad. Ninguno de ellos parece ocuparse de políticas culturales.