Esta semana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que la demencia en el mundo, provocada por el alzhéimer, se multiplicará por tres hasta el año 2050. Actualmente, cada tres segundos una persona en el mundo desarrolla demencia y ya son 50 millones afectadas por este mal. Se estima que atender a estos pacientes representa un gasto de más de 800 millones de dólares al año. Es un problema de salud publica que avanza muy rápidamente a causa del envejecimiento y que no tiene cura. Por eso la OMS recomienda la dieta mediterránea, hacer ejercicio con regularidad, no fumar y beber alcohol con moderación para evitar o retrasar este mal. También aconseja combatir y tratar la obesidad, hipertensión y la diabetes, que son enfermedades relacionadas a este mal.

Para algunos expertos, “la demencia es el mayor reto para la salud de nuestro tiempo” y por eso se están realizando muchas investigaciones, pero no se sabe cuándo se tendrán disponibles soluciones para este mal, que no solo afecta al paciente, sino a su entorno familiar que lo cuida. Por eso, la OMS recientemente ha facilitado la herramienta iSupport, una plataforma digital que apoya a los que cuidan a estos pacientes.

Un artículo del The New York Times se refiere a una investigación muy curiosa que está estudiando si los parásitos podrían ser la cura para la demencia y el alzhéimer. En efecto, el antropólogo Ben Trumble recogió, de la selva boliviana, cientos de muestras de saliva de los indígenas del pueblo tsimané para mapear sus niveles de testosterona y parásitos. Él considera la hipótesis de que los tsimanés, al tener una vida en el campo, lejos de la comodidad de las ciudades, realizando mucha actividad física (cazando, buscando comida y cultivando) no desarrollan la demencia senil gracias a su modus vivendi y porque tienen parásitos en sus organismos. Sin embargo, todavía quedan muchas preguntas por resolver en esta investigación: qué parásitos son más benéficos para el cerebro y cuales son dañinos.

La innovación en demencia hoy se ve facilitada por el uso de nuevas tecnologías para el cuidado y tratamiento. Por ejemplo, Google Street View o el uso de videos de realidad virtual facilitan al paciente en el proceso de reminiscencia o búsqueda de sus recuerdos positivos. Otras empresas brindan soluciones, a través de técnicas de gamificación, de rehabilitación virtual para tratar lesiones físicas y cognitivas. La neurotecnología está investigando acerca de la detección temprana y tratamiento del deterioro cognitivo.

Otro enfoque muy creativo es el que están experimentando, en un centro de atención en los Países Bajos, al aprovechar el poder de la relajación, la música, los recuerdos de la infancia, la estructura familiar y otras herramientas para curar, calmar y estimular a los pacientes con demencia, en vez del uso de las recetas tradicionales: medicamentos, descanso en cama y otras restricciones físicas. Se trata de bajar el estrés y la incomodidad, recreando ambientes donde el paciente esté feliz. Por ejemplo, hay viajes simulados en autobús para llevarlos a los lugares que ellos quieran; o ambientes con arena, aromas de naturaleza y sonidos de mar para simular una playa; o ambientes para estimular como salas de baile o donde se proyectan imágenes relajantes de la naturaleza.

Mientras no exista una cura para esta enfermedad, debemos tomar en cuenta las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, y quienes tienen algún familiar con esta dolencia valerse de todos los medios tecnológicos disponibles en nuestro país, ser muy imaginativos y darles, por sobre todo, mucho amor y felicidad.