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  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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Robben y Ribery se van como hombres de honor

El holandés y el francés dijeron adiós con la copa de la Bundesliga en el Múnich. Hubo llanto y abrazos con el árbitro. También se marchó Rafinha.
Robben y Ribery se van como hombres de honor


El Allianz Arena dijo ayer “adiós” a una época, la liderada por el holandés Arjen Robben y el francés Franck Ribery, quienes se despidieron de su periplo en el Bayern Múnich con la consecución del séptimo título seguido de la Bundesliga, gracias a la goleada por 5-1 ante el Eintracht Francfort que le permitió ignorar lo que ocurrió en los otros estadios.

Fue la copa más emotiva de los últimos años para el Bayern. No solo por la tensión de resolver la Bundesliga en la jornada final, sino por la despedida de dos jugadores que han marcado la última década y que lograron cada uno un gol el día de su despedida.

El Bayern salió en tromba. En el minuto 4, a pase de Thomas Müller desde la media punta, Kingsley Coman abrió el marcador con un remate al segundo poste. El Eintracht se mantuvo hasta el final del primer tiempo gracias al meta Kevin Trapp.

El Bayern generó una ocasión tras otra. El austríaco David Alaba, en el minuto 9, el polaco Robert Lewandowski, en el 13, y Thomas Müller, en el 31, se encontraron con grandes paradas de Trapp.

En el 26, un gol de Serge Gnabry fue anulado por el VAR por milimétrico fuera de juego de Lewandowski.

Al comienzo de la segunda parte llegó el empate, por medio de Sebastian Haller.

Pero el Bayern, aunque sabía que el Dortmund ganaba en Mönchengñadbach y que una derrota podía dejarlo con las manos vacías, no mostró nervios.

En el 53, Alaba volvió a poner en ventaja al Bayern. Cinco después, Renato Sanches hizo el tercero. El luso corrió hasta el banco para celebrar su tanto con los tres que se iban: Rafinha, Robben y Ribery.

A la hora de juego entró Ribery por Coman, quien lo abrazó en la línea. En el palco, el presidente del Bayern, Uli Hoeness, no pudo contener las lágrimas. A continuación, fue el momento de Robben, quien sustituyó a Gnabry.

En el 72, Ribery dejó la fiesta en un estado perfecto, tras bailar a media defensa y marcar con una vaselina. El francés corrió a la tribuna, se quitó la camiseta y todos celebraron.

Cuando el árbitro le iba a mostrar la amarilla, también lo abrazó y el juez aceptó el gesto. Después, Robben, a puerta vacía y a pase de Alaba, también hizo su gol.

El Bayern logró su séptima Bundesliga seguida. Ribery se despide con nueve títulos en el mismo torneo, un récord propio. Robben se va con ocho.