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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Recaudación tributaria

Recaudación tributaria
En pasados días, la Fundación Jubileo publicó un reporte de coyuntura titulado “Con menores ingresos se reduce la inversión y aumentan el gasto y la deuda”, donde se hace referencia a un supuesto estancamiento de la recaudación tributaria en el país. Sin embargo, al analizar dicho documento se percibe una perniciosa retórica en la descripción de la información. Por ejemplo: “Los ingresos por impuesto (recaudados por el Estado) aún no recuperan su tendencia”.

Seguramente, una buena parte de los lectores recordará aquella selección de fútbol de Brasil que logró el campeonato mundial en 2002, un equipo plagado de estrellas y cuya camiseta nunca ha dejado de estar en lo más alto del ranking mundial. Así también, estaremos de acuerdo en que el futbol brasileño tiene una planificación seria y responsable, lo que le permite gozar de buena reputación. Producto de lo anterior, permanentemente se encuentra en la disputa de los primeros lugares y nadie puede negar que, aunque su último título mundial fue hace 17 años, es un equipo sólido, de gran nivel.

Al igual que aquel equipo de fútbol, la recaudación tributaria en Bolivia tuvo su punto más alto en la historia el año 2015, una recaudación de 50.444 millones de bolivianos, sin tomar en cuenta el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH). Representó un hito para nuestro país, más aún si tomamos en cuenta que somos una de las economías con presión tributaria promedio en la región desde hace bastantes años. Si bien la recaudación tributaria no fue la misma en las gestiones 2016 y 2017, en 2018 mostró una recuperación importante y se estima que en 2019 esta recaudación alcance los 49.118 millones de bolivianos, la segunda más alta en los últimos 10 años.

Precisamente el hecho de que la recaudación tributaria no se haya desplazado frente al panorama internacional adverso y más bien haya mantenido una senda ascendente, es reflejo del fortalecimiento del mercado interno y el impulso de sectores como comercio, telecomunicación, servicios financieros y transporte, entre otros.

Lo anterior es una prueba de seriedad y consistencia en la generación y aplicación del Modelo Económico Social Comunitario Productivo, que prioriza la demanda interna como motor del desarrollo económico del país, reduciendo el efecto de shocks externos en precios de los hidrocarburos. También es importante mencionar que desde la gestión 2006 los ingresos tributarios han crecido a una tasa superior al 10 por ciento . Finalmente, la diversificación productiva tan esperada en Bolivia por décadas está dando frutos de la mano de una planificación económica responsable, afrontando shocks externos, sin la aplicación de reformas que mermen al contribuyente como el tan conocido “impuestazo” de 2003, que generó convulsión y descontento social, inéditos en tiempos de democracia.

Otro aspecto que no menciona el reporte de Fundación Jubileo es que la distribución de la coparticipación tributaria a los Gobiernos Autónomos Municipales no sufrió cambios, es más, los esfuerzos diversificadores y recaudatorios del Estado han beneficiado a los municipios. Esto último es una política destacable.

Los datos económicos deben ser bien contextualizados antes de ser interpretados, ya que la economía no es una ciencia experimental y las consecuencias en las expectativas de la sociedad pueden tener un alto costo económico y social (...).