Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
  • Actualizado 00:00

Semapa, a la deriva

Semapa, a la deriva
El Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa) sigue en crisis y no puede resolver las dificultades que tiene como empresa, pese a las recurrentes promesas de la Alcaldía, y la población es la que paga las consecuencias.

La renuncia del anterior gerente de la empresa de servicios, Raúl Flores, no solo ahonda la crisis, sino que es un indicador que confirma que Semapa requiere, con urgencia, una reingeniería, cambiar drásticamente su estructura.

El motivo de la renuncia, como se suele sustentar, fue por “motivos personales”, pero creemos que la razón de fondo es la crisis que afecta a esta empresa desde hace décadas y la imposibilidad de realizar, así como está, una administración con buenos resultados.

Servicio deficiente para los usuarios, crisis económica, pérdida de agua de las cañerías, denuncias de casos de corrupción y cambios de gerentes son algunos talones de Aquiles que asfixian a esta empresa y que, hasta el momento, ninguna gestión municipal ha logrado solucionar.

Semapa es una empresa fundamental para la ciudad, porque brinda un servicio básico, la provisión de agua potable, y, por lo tanto, su trabajo se convierte en un termómetro para conocer el nivel de desarrollo humano que tiene Cochabamba.

La provisión deficiente de este servicio básico nos muestra que la ciudad tiene todavía muchas deficiencias que debe solucionar, en lo que se refiere a la calidad de vida de sus pobladores.

Raúl Flores estuvo como gerente de Semapa cuatro meses y una semana, y durante su corta gestión se denunciaron irregularidades y, como ya es recurrente, se hizo notar el deficiente servicio que brinda.

Desde que asumió la Alcaldía de Cochabamba Demócratas, con su titular José María Leyes, por la gerencia de Semapa pasaron cuatro gerentes generales. Gamal Serhan, Juan Terrazas, Joaquín Antezana y Raúl Flores fueron los designados, quienes tenían la misión de sacar a la empresa de la crisis, económica e institucional, pero no lograron su cometido. Después de vanos intentos, dieron un paso al costado y dejaron sumida a la empresa en una mayor crisis.

Raúl Flores, como último gerente de la empresa, reconoció el 19 de abril que la empresa descentralizada arrastraba un déficit del 37 por ciento , cifra acumulada de las tres últimas gestiones.

Cuando una autoridad se aleja de su cargo, la incertidumbre se apodera de la empresa o institución, por lo que el nuevo gerente, Deybi Vidal, deberá redoblar esfuerzos para sacar a esta empresa a flote, con el objetivo fundamental de dotar de agua de calidad y de manera permanente a los cochabambinos.

Las tareas pendientes del actual gerente son la aprobación de la nueva estructura tarifaria, el cambio de redes de agua potable y alcantarillado, bajar los elevados índices de pérdida de agua y sanear la economía de la empresa.

Las tareas de la nueva autoridad son “titánicas”, nada sencillas y requiere habilidad, preparación y un gran sentido de servicio.

El fortalecimiento de la empresa no puede esperar más, la vieja estructura que se mantiene desde hace décadas, definitivamente debe cambiar, se debe estructurar una empresa moderna, que invierta en proyectos ambiciosos y que trabaje con los mejores profesionales en las diferentes áreas.