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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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El regreso de los yihadistas amenaza el Sur de Asia

El regreso de los yihadistas amenaza el Sur de Asia
El regreso a casa de miles de combatientes extranjeros del grupo yihadista Estado Islámico (EI) tras su expulsión de Siria e Irak ha disparado las alarmas en el Sur de Asia, que intenta contener el despertar de células de grupos extremistas locales que durante años habían tenido poca o ninguna actividad.

Los atentados del Domingo de Resurrección en Sri Lanka atribuidos a una organización islamista poco conocida, a la que no se le conocían antes otros ataques más allá de los daños a un monumento budista, tenía las huellas del EI por todas partes, según fuentes de la Inteligencia esrilanquesa.

Esto, ocurrido un mes después del fin del autodenominado "califato" en los últimos bastiones del EI, lleva a temer que los combatientes que dejaron sus países para unirse a la organización yihadista comiencen ahora a regresar sin que nadie pueda detenerlos.

Para Harsh Pant, director del centro investigador Observer Research Foundation (ORF), con base en Nueva Delhi, el primer fallo de seguridad en la región fue la falta de un mecanismo para contener la salida de sus nacionales que decidieron combatir con el EI y "el verdadero reto será decidir cómo enfrentar un eventual regreso".

"Tanto la India como el sureste de Asia tienen una gran población de dacoits (criminales) y el gran reto es saber qué se debe hacer para asegurarte de que estos no marginarán a la sociedad aún más", dijo.

Según datos del centro estadounidense de inteligencia The Soufan Group, en los últimos años ha habido "no solamente una afluencia de retornados, sino también cierta cantidad de combatientes de otras regiones que parecen haber elegido ir allí -al Sur y el Sureste de Asia- en lugar de regresar a sus propios países, ya sea por petición del EI o no".

Un informe de Naciones Unidas de 2015 advertía ya de la amenaza que representaba el flujo de terroristas extranjeros, llamando especial atención sobre Maldivas, que con un desproporcionado número de combatientes era el cuarto país que más personas había aportado hasta entonces a las filas del EI: 200 de una población total de 345.000 habitantes.

De acuerdo con el general Zakariyya Mansoor, del Centro Nacional contra el Terrorismo del Gobierno maldivo, familias del archipiélago, niños nacidos en Siria, viudas y otros nacionales aguardan en campamentos de desplazados los documentos necesarios para regresar a Maldivas.

Este es al mismo tiempo un asunto de derechos humanos para los estados, dice el profesor Azim Zahir, experto en islamismo y radicalización, que cita casos de niños maldivos en campamentos muriendo por la falta de atención médica.

Hay unos 47 maldivos, estima, pero las autoridades no se han involucrado lo suficiente en estos asuntos. En este contexto, el analista indio Pant subraya los riesgos de "la polinización cruzada que se está produciendo en la India, Bangladesh, Sri Lanka o Maldivas, donde es muy difícil controlar a las personas atraídas por la ideología del Golfo", añadió.

Según reveló una fuente de Inteligencia de Colombo, que pidió el anonimato, en el caso de Sri Lanka, Zahran Hashim, que dirigió los atentados del Domingo de Resurrección en tres iglesias y tres hoteles de lujo que mataron a más de 250 personas, tejió vínculos con el EI años antes (...).