Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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PUNTO BO

Off the record

Off the record
El 10 de mayo de 1865, un furibundo Mariano Melgarejo mandó a ejecutar al periodista Cirilo Barragán por un artículo que incomodaba a su gestión. Años más tarde, en 1938, el presidente Germán Busch decretó (en memoria de tan fatídico hecho) esta fecha como el Día del Periodista en Bolivia. 150 años después, los motivos se mantienen y se ahondan ahora, en escenarios digitales

A diferencia de décadas pasadas, donde los contenidos se distribuían en medios masivos como la TV, la prensa o la radio, hoy internet ha traído nuevos y fascinantes ejercicios de (des)información. Parafraseando a Warhol, con un teléfono en mano, hoy cualquiera puede ser periodista por 15 minutos. Filmar un video callejero, sacar una foto a un hecho insólito o grabar un suceso. El formato de “periodista ciudadano” se instala como la idea de un poder ya no en los actores de la agenda, sino en los ciudadanos ahora devenidos en usuarios digitales. El “trending topic” por encima de la Agenda Setting.
Por lo mismo, me encanta el ejercicio de revisar los portales de medios escritos donde, por un lado, la línea editorial se esfuerza por abordar la coyuntura desde sus titulares, pero al final del día, cuando revisas la sección de “lo más leído”, te encuentras con que “5 tips para bajar de peso” o “El equipo perdió, mira los memes” terminan en la lista de las preferencia de la gente. El periodismo al servicio del viral

Otra rápida mirada a los medios muestra lo siguiente: ya no hay canales de TV, ni radios ni periódicos. Sino, plataformas de contenidos. Revisa la cantidad de anuncios de canales que promocionan su sitio web, periódicos que tienen secciones en la radio, o radios que transmiten en vivo por Facebook. Ante este escenario, donde los anunciantes se están retirando lentamente y migrando hacia formatos digitales, el desafío del periodismo está en mantener el equilibrio entre calidad y sostenibilidad del medio

Por lo mismo, resulta curiosa la popularidad del formato de “infotenimiento” para abordar temas noticiosos, especialmente en televisión donde (lastimosamente) se sigue apelando a los lugares comunes del cuerpo y vestimenta de la mujer para mantener la audiencia. De hecho, sería interesante tener (como en otros países), acceso a estadísticas de rating, de audiencia o de lectoría o de recordación de marca, para saber hasta dónde son efectivas estas técnicas. Lo propio para los “medios oficiales”. Pasé toda una mañana viendo cómo el Uno entregaba el título de graduación a más de 200 cadetes. Uno por uno, durante tres horas. En vivo. El séptimo infierno

Esta jornada no solo debe ser para celebrar el fascinante ejercicio del periodismo, sino también para hacer una evaluación de la calidad de contenidos que se producen/consumen en el país, y repensarnos como una sociedad más inteligente y menos “viral” de los fake.