Recuperar la Coronilla para que este espacio histórico se convierta en un referente turístico y cultural es una promesa, no de una gestión municipal, sino de varias que se hicieron en los últimos 10 años. Hasta la fecha, no se ha movido una sola piedra de la colina de San Sebastián, pese a los constantes proyectos, millonarios y ambiciosos por cierto, que se han anunciado.

En los últimos días, la concejala del MAS Rocío Molina ha realizado un nuevo anuncio, que la Coronilla será recuperada con una inversión de 35 millones de bolivianos.

Las obras, según su declaración, se emplazarán en 66 hectáreas de terreno y el proyecto que se ejecutará es el ganador de un concurso que se realizó con la participación de profesionales de todo el país.

Pero, como dice el conocido refrán, del dicho al hecho hay mucho trecho, por lo que este nuevo anuncio se lo debe asumir como tal, y esperar que el proyecto se haga realidad en el tiempo estipulado, ocho meses, y que se aseguren los recursos económicos necesarios.

Solo para recordar, en la gestión 2010, en mayo también, se lanzó un proyecto ambicioso, en el que se preveía un total de 13 obras para la revitalización de la colina de San Sebastián. Entre ellas, el atrio de ingreso, el bosque de algarrobos, la remodelación de la vía Sara Ugarte, un centro cultural y un centro de atención al turista, entre otros.

Sin embargo, como se puede fácilmente verificar, ni este ni otro proyecto han sido implementados en la Coronilla, hasta la fecha, por lo que ante este nuevo anuncio existe cierta desconfianza.

Que se plantee un proyecto de revitalización o de recuperación, o como se quiera llamarlo, es una propuesta de suma importancia, más si se toma en cuenta el valor histórico de esta colina, pero que no debe quedar en solo una buena intención o ser un anuncio para granjearse la simpatía del contribuyente, aprovechando la cercanía del 27 de mayo, día que se homenajea a la madre.

Este proyecto debe ser socializado entre la población y, lo más importante, ejecutado en sus diferentes fases, hasta su conclusión, con obras de calidad y sin malversación.

Considera dos intervenciones. La primera es la revitalización de la colina y la segunda toma en cuenta una serie de obras en la exestación de trenes. Los trabajos deben ser supervisados por el Comité de Preservación de la Coronilla.

En caso de que este sea un proyecto con bases sólidas, esperemos que en ocho meses podamos visitar una Coronilla remozada, en la que tanto turistas nacionales como extranjeros puedan pasear y aprender sobre nuestra historia.

Otro aspecto que se tendrá que tomar en cuenta es la seguridad que se debe brindar a los visitantes locales, nacionales y extranjeros, de modo que la Coronilla pierda esa mala fama de ser una de las zonas más inseguras de Cochabamba.

Otro punto importante, y seguramente está contemplado en el proyecto al que aludió la concejala Rocío Molina, es la refacción del Instituto Superior de Artes Plásticas Raúl G. Prada, que es un establecimiento que se cae a pedazos y nadie logra solucionar este acuciante problema.

Y como decía Santo Tomás de Aquino, ver para creer, por lo que no es necesario hacer más anuncios, sino ponerse manos a la obra para ejecutar las obras y en ocho meses mostrar los resultados.