Uno de los más grandes debates hoy en día es la calidad de educación que tenemos en nuestro país. Muchos critican el actual modelo y pocos son los que dedicaron tiempo en analizar lo que implica la implementación de un modelo por competencias en nuestro contexto nacional y si hemos tenido el tiempo de realizar una buena planificación para la ejecución de un nuevo modelo educativo, o realizar la verificación e impactos del mismo e identificar, junto con la sociedad, comunidad y familia las falencias para mejorar y repetir el ciclo de mejora continua de la calidad en la educación.

En este sentido, debemos ser conscientes de nuestra realidad y la diversidad humana en la cual nuestro país va creciendo y desarrollándose. Cuántos de nosotros hemos subido a un transporte público y hemos observado la triste realidad en la que vivimos: desde un simple saludo, un “por favor” o un “gracias”, ya que estos vienen enmarcados en las generaciones pasadas como principios de la educación y respeto a las personas con las que convivimos, pero, sobre todo, eran inculcados desde el núcleo familiar.

Sin importar el origen de las personas, raza, cultura o estrato social, todos somos seres humanos y, por lo tanto, merecemos respeto; y esto me trae a la mente lo que mi padre decía: “respetos guardan respetos”, para reflexionar si la educación es meramente responsabilidad de las unidades académicas de formación o bien esto viene del núcleo familiar, pero, ¿por qué no pensar que ambas son responsables en un 50 por ciento ?

Cuando analizamos los diferentes enfoques pedagógicos para educación, tenemos que entender que se centran en el proceso enseñanza y aprendizaje, es decir que como proceso tienen varios insumos: los requisitos de la persona, los de las partes interesadas y, sobre todo, los de la sociedad. Los enfoques planteados desde Piaget, Vigotsky hasta Bruner, Ausubel, Pavlov, Novak, Skinner y Garner son las estrategias que vamos a utilizar para desarrollar el proceso educativo y lograr la formación de los nuevos profesionales.

Hasta este momento hemos visto cómo estamos sistematizando el proceso de educación para no caer en el error de tratar de estandarizar la formación de los estudiantes, ya que una realidad es que nunca vamos a lograr sacar promociones estándares, es decir, con especificaciones exactas con las que se podrían responder a los problemas sociales por el simple hecho que no todos aprendemos de la misma manera y cada uno tiene una realidad distinta.

Discutiendo con el Dr. Prudencio logré entender que nuestra realidad en la educación no responde a los requisitos de las partes interesadas del sistema educativo y que vivimos etiquetados desde el hecho de ser personas con alguna discapacidad hasta limitándonos a ser vistos por pena y no ser mirarnos a los ojos como personas que necesitamos una educación de calidad para cambiar nuestra realidad desde una mira hologramática. En este punto, retomando la reflexión del Dr. Vía Reque, podemos identificar el gran esfuerzo que están realizando las universidades en nuestro país, pero volvemos a caer en el tema que el trabajo no solo es de la universidad, sino de la integración de los colegios y el núcleo familiar.

Por lo tanto, la educación se puede sistematizar, pero no podemos estandarizarla, ya que los actores principales de este sistema son una diversidad de personas dentro una sociedad dinámica.