El 1 de mayo es el día en el que más personas celebran, porque casi todos trabajan en alguna actividad, sea remunerada o no, con beneficios sociales o sin ellos, en jornadas de ocho horas, como manda la ley, o más. Los más afortunados perciben un salario digno y la mayoría sueldos que les permite apenas sobrevivir.

El 1 de mayo se recuerda el Día del Trabajador, en homenaje a los obreros de Chicago que fueron asesinados cuando realizaban una huelga exigiendo una jornada laboral de ocho horas.

Los conocidos como Mártires de Chicago dejaron este legado, que sirvió posteriormente para que los trabajadores de otros países empiecen a reclamar por sus derechos, exigir mejores condiciones de trabajo y salarios más dignos.

Y si bien se consiguió la jornada laboral de ocho horas y se mejoraron las condiciones generales para los trabajadores, en la actualidad, el empleo, en muchos casos, se ha vuelto precario, nuevamente. Salarios que no llegan al mínimo nacional, sin las condiciones básicas de seguridad industrial y jornadas extenuantes de 10, 12 o más horas.

Lo penoso es que, a causa del desempleo en los hogares, los niños se ven obligados a salir a las calles para trabajar como cuidadores de autos, malabaristas y vendedores de dulces, entre otros.

Lo que preocupa, en estos casos, es que los niños dejan de estudiar y empiezan a transitar por el sendero equivocado al reunirse con personas mayores que les enseñan a delinquir y usar droga.

En Bolivia, la celebración del Día del Trabajador empezó alrededor de 1906, cuando un sindicato de obreros paceños organizó una kermesse. Años después se fortalecieron los sindicatos.

El trabajador es una pieza fundamental en el engranaje de la industria y la economía de un país, por lo que los empleadores deben cuidar este recurso humano, pagándoles un salario acorde a la función que desempeñan, cumpliendo con los beneficios sociales que dispone la ley y otorgando las condiciones de seguridad.

Este miércoles 1 de mayo, los trabajadores, como es ya una costumbre en los últimos años, recibirán la noticia del incremento salarial, aprobado por el Gobierno, además de otros decretos en su beneficio.

Empero, además de la importancia que tienen los trabajadores para el funcionamiento de las industrias, no se debe dejar de lado a los que dirigen las empresas, porque de una buena relación entre ambos sectores se podrá conseguir mejores resultados.

Si una empresa aumenta sus ventas y sus ingresos, esta situación repercutirá en las condiciones de los trabajadores, es decir, mejores sueldos y el pago de beneficios sociales (primas y bonos de producción).

El Gobierno y los empresarios deberían apuntar a generar más fuentes de trabajo estables, como prioridad, porque lo que ocurre actualmente es que miles de bolivianos trabajan por cuenta propia, sin recibir aguinaldo ni estar asegurados en las cajas de salud. Tampoco aportan para su jubilación.

Esperamos que en el mediano plazo, el Gobierno y los empresarios sumen esfuerzos para generar fuentes de empleo para los que llegan a la edad de trabajar.

Por último, desde este espacio editorial deseamos que todos los trabajadores tengan ese día un merecido descanso. Deben ser conscientes de que su trabajo aporta sobremanera al desarrollo de un país.