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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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¿Mujeres provocadoras?

¿Mujeres provocadoras?
Asegurar que una mujer tiene cierta culpa por una agresión o violación que sufre, porque la provoca, es un desatino total, porque se trata de un intento de justificar la violencia machista. Y es aún más inconcebible cuando esta afirmación proviene de una mujer.

La madre del magistrado Orlando Ceballos, del Tribunal Constitucional Plurinacional, defendió y justificó a su hijo por la agresión a su esposa, según una nota difundida por la Agencia de Noticias Fides, el 16 de abril pasado.

"Ahora no es el golpeador, él (mi hijo) es víctima. Muchas veces las mujeres provocamos, como los varones también nos provocan a nosotras", declaró a radio Fides la progenitora del magistrado envuelto en un escándalo de violencia intrafamiliar.

Otra declaración torpe fue hecha en agosto de 2014 por el senador Ciro Zabala, quien afirmó que las jóvenes que visten de forma provocativa y se emborrachan se exponen a que se cometa un delito.

Desde este espacio editorial, consideramos que nada puede justificar la violencia contra la mujer, niños, adultos mayores o personas en general, porque eso degrada la condición del ser humano.

Algunas veces se ha llegado al colmo del cinismo cuando un acosador o violador sexual asegura que se sintió provocado por la forma de vestir o caminar de una mujer.

Tratamos de entender la posición de una madre o familiar cuando buscan defender, a como de lugar, a un hombre de la familia, sin tomar en cuenta que puede ser culpable del delito que se lo acusa, pero no es lo correcto.

Una madre debe saber hasta qué punto puede defender a su hijo, porque todo tiene un límite.

En más de una oportunidad, mujeres que han sufrido violencia sexual son insultadas por los familiares del depredador, quienes descalifican a la víctima, afirmando que es una promiscua o que ha provocado la situación.

Eso, por ejemplo, ocurrió en el caso de la violación grupal a una joven en Santa Cruz, conocido como la Manada Boliviana. Como este, hay muchos otros malos ejemplos en los que los agresores quieren justificar sus acciones delictivas, como una forma de liberarse de la cárcel.

Asimismo, se trata de justificar una agresión, asegurando que la víctima había consentido una relación sexual.

Estamos seguros de que las cifras de agresiones a mujeres y los feminicidios disminuirán cuando dejemos de justificar la violencia y, al contrario, se respete a las mujeres, sin importar cómo se vistan, si han consumido alcohol o si caminan por la calle a altas horas de la noche.

Producto de la violencia, solo en los tres primeros tres meses de este año, en el país se perpetraron 36 feminicidios y 12 niños se convirtieron en víctimas de infanticidio.

El fiscal general del Estado Plurinacional, Juan Lanchipa, advirtió que esas cifras revelan una escalada de la violencia contra mujeres y niños.

“Exhortamos a que en las escuelas y en las familias se inculquen valores como la cultura de paz, el respeto a las personas y la no tolerancia a la violencia”, sostuvo Lanchipa.

Lo importante será educar a mujeres y hombres con equidad, porque si bien somos diferentes, física y psicológicamente, debemos estar conscientes de que tenemos los mismos derechos y obligaciones, y merecemos las mismas oportunidades.