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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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A dieta

El año 2012, Facebook llevó a cabo el experimento titulado “Evidencias experimentales de contagio emocional a escala masiva a través de redes sociales”, donde comprueba la hipótesis de que “las emociones expresadas en las redes sociales influyen en nuestro estado de ánimo”. El estudio dividió en dos al grupo de control: uno que veía solo contenidos positivos en su línea de tiempo, en tanto que el otro solo contenidos negativos. Después de una semana, los usuarios comenzaron a replicar dichas emociones, validando la idea base de la investigación. “Estos resultados indican que las emociones expresadas por otros a través de Facebook influyen en las nuestras y que, frente a las asunciones previamente establecidas, las interacciones no verbales no son estrictamente necesarias para el contagio emocional”, concluye el estudio.

Dime qué posteas y te diré quién eres. Dime qué consume en redes sociales y te diré quién eres. Dime a qué le das Like y te diré quién eres. En esencia, los medios sociales son como la comida: buena en la medida en que sepas cuánto, cuándo y qué y por qué estás ingiriendo ese producto. No es casual que en inglés se diga “binge-watching” al fenómeno de ver series de Netflix durante largas maratones. “Binge” significa atracón.

Una buena dieta digital no solo se trata de tiempo, sino de calidad. De evaluar si las personas y marcas a las que sigues son correctas y dan el mensaje que necesitas. De pronto, es muy común tener contactos de escenarios anteriores como compañeros de colegio, de trabajo, de universidad; y que al leerlos destilan odio, ignorancia, intolerancia, xenofobia, machismo y tantos otros complejos existentes, a veces bajo el rótulo de “es solo un chiste”. Ponte a dieta de los haters.

Tu salud emocional está en juego a diario. De hecho, Facebook ya tiene una herramienta que indica la cantidad de tiempo que pasas allí dentro. Verás que una gran mayoría suele estar más de dos horas al día interactuando con dichos contenidos. Por lo tanto, aprende a poner un filtro a lo que lees. No hay un antivirus contra la energía negativa de los demás. Haz el mismo ejercicio con el tipo de contenidos que publicas y comentas. Sé un faro entre tanta tormenta. Comenta y comparte tus experiencias. Ese libro que estás leyendo, esa noticia que te gustó, esa foto de tus plantas, de tu último viaje, de tu trabajo, ese video que muestra una buena acción, un gesto amable, un canción imperdible, un pensamiento para el día.

Siéntete orgulloso por tus éxitos y aprende a compartirlos, porque así es como se tejerá tu comunidad, a partir de aprendizaje, colaboración y pensamiento positivo. El contagio emocional existe. Depende de ti la emoción que quieres recibir y transmitir en redes sociales.