El voleibol de playa le volvió a dar una alegría al país, el fin de semana pasado. El equipo femenino logró clasificar al Mundial U-21 de Tailandia, a realizarse en junio. Parte de la mirada está en entrenar el doble para este evento, pero la mente también la tienen las atletas en reunir recursos para que ellas y el entrenador puedan “sobrevivir” en el viaje.

Bolivia participó en un circuito con tres etapas. La primera se jugó en Arica (Chile), del 29 al 31 de marzo, y las nacionales se colocaron en la cuarta colocación, sumando 140 puntos. La segunda parada se realizó del 5 al 7 de abril en Lima (Perú), evento en el que el país terminó en la quinta casilla (120 puntos); mientras que la última etapa se la llevó a cabo el fin de semana pasado en Asunción (Paraguay), en el que Bolivia ocupó la cuarta casilla (140 unidades). En total, el país, en la rama femenina, sumó 400 unidades, ocupando la quinta posición, con la cual obtuvo el boleto para el Mundial de Tailandia de la categoría U-21.

En la primera etapa, las protagonistas fueron María Fernanda Canedo y Nicole Nogales, mientras que en la segunda y tercera apareció Melanie Vargas en reemplazo de Nogales. El entrenador del seleccionado femenino es Alejandro Giménez.

El equipo llegó el martes a Cochabamba y ahora colocó la mirada en prepararse de la mejor manera para este evento internacional.

“Para nosotras es muy importante este torneo, especialmente para mí, que tuve que dejar el voleibol de playa durante más de cinco meses. Estamos con muchas cosas por hacer, entre ellas entrenar”, dijo la joven atleta qhochala Melanie Vargas.

La cochabambina indicó que parte de su concentración y preocupación está en reunir recursos para viajar con la delegación completa al evento mundial, pues cuentan con muy poco apoyo.

“Hasta el 19 de este mes teníamos que confirmar la participación. Creo que la Federación lo hizo. La parte difícil que tenemos es la económica, pues se paga el pasaje de tres personas. Nosotras (Vargas y Canedo) y el entrenador (Giménez). Entonces, cubrir los gastos es un poco complicado, porque ya pagamos nuestros boletos a las etapas de clasificación. La Federación nos dio 100 dólares por etapa y gastamos casi 1.200”.

El mundial de la disciplina se jugará en junio. Ante el poco tiempo, las chicas y el entrenador esperan que las empresas privadas puedan dar su “granito de arena” para lograr el objetivo de no solamente participar en el certamen, sino pelear por un puesto de privilegio.

En varones, Bolivia logró un boleto a jugar un partido de clasificación en Tailandia, pero tampoco hay recursos para que puedan viajar. Lo más probable es que los jugadores no participen del torneo.