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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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COLECTIVO TELARTES

La necesidad de las artes escénicas

La necesidad de las artes escénicas
Las artes escénicas no repiten, crean. Con imágenes y textos, personas en carne y hueso —o en el caso de los títeres, muñecos— habitan mundos mágicos o reflejos de nuestra vivencia, con posibilidades infinitas, llevan a otros espacios en que se desencadena sentimientos, a veces alegría y esperanza. En este marco de disfrute colectivo, las artes escénicas nos provocan una reflexión, una perspectiva crítica, nos impulsan al diálogo, a la empatía, a lo más básico y vital de nuestra propia humanidad.

Pero, ¿necesitamos de las artes escénicas? ¿Dónde están? ¿Quién va a apreciarlas? ¿Nos ofrecen algo que no podemos encontrar en una pantalla? Artistas, activistas y educadores, responden con un grito de “¡Sí!”; las artes son esenciales. En 1968, el titiritero alemán Peter Schumann, director del Bread and Puppet, comparó al teatro con el pan, una necesidad. No es el primero en reconocer que los beneficios de ver una actuación en vivo superan a otras formas de entretenimiento; son tan vitales para la existencia humana como lo es el pan a la vida cotidiana.

¿Y usted, necesita del arte? Si su respuesta es “sí”, continúe apoyando las artes y dígaselo a los demás. Si no sabe qué responder, vaya a ver una presentación en vivo. Pronto tendrá la sensación que su espíritu necesitaba del teatro. Si aún no está convencido, siga leyendo.

Como experiencia efímera, el teatro nace y muere en el mismo momento. No hay dos presentaciones iguales, cada una tiene momentos de espontaneidad inspirados y respirados junto al público. Usted hace parte de la obra y de su resultado. Si se la pierde, es posible que no tenga otra oportunidad de verla. La omnipresencia de las pantallas en la vida urbana nos hace a menudo olvidar esto. Y otros riesgos se generan al dejar que las experiencias artísticas se instalen como prácticas de élite, más que como alimento de la vida interior y la comunitaria.

La experiencia teatral es visceral, además de ser un ejercicio intelectual. El teatro es una experiencia compartida. Ver una función en vivo junto a otros espectadores genera un sentido de comunidad y pertenencia, aunque sea temporal. Reír o llorar con desconocidos, reclamar a gritos (en el caso de los títeres) o en silencio. Romper la trampa del aislamiento y la rutina.

Ahora mismo, ¿qué hay en la ciudad? Informarse del movimiento de arte y cultura debe ser una práctica cotidiana. Perdérselo es renunciar a la oportunidad de sentir algo tan vital para la existencia humana como el mismo pan.