Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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PUNTO BO

Clausurado

Impuestos Nacionales ha vuelto a la carga, esta vez desde la voz de su director, quien ha pedido a todas las personas que realizan comercio por redes sociales (como Facebook o Whatsapp), hasta las que usan plataformas como AirBNB, que por favor pasen a formalizar su figura impositiva, obteniendo el respectivo NIT. Este pedido también busca alcanzar a servicios digitales que cobran por sus servicios en el país como Netflix o Spotify.

Una primera reacción es molestia y desacuerdo. Impuestos Nacionales no tiene el mismo empeño con sectores tanto o más productivos como el transporte público, los productores de hoja de coca, la comida callejera o los contrabandistas. El Régimen Simplificado es la mejor excusa y escudo para salir al paso, mientras otros son los que pagan la cuenta.

Por lo mismo, no se trata de evadir impuestos, sino de pedir que la ley se aplique de igual manera para todos. Tampoco se trata de poner a todos en la misma bolsa. El error comienza cuando los hoteleros ven competencia en AirBNB, o los taxistas en Uber, o los cines en Netflix. Son modelos de negocio totalmente diferente, pero que eventualmente se están encontrando en la yuxtaposición de intereses de los usuarios y que lastimosamente se ven afectados por la fuerte presión fiscal y la excesiva carga social (hola doble aguinaldo). Lo que se pide es que tanto Impuestos Nacionales como los ministerios de Economía o Desarrollo puedan diagnosticar y readecuar la norma tributaria a los escenarios actuales. Al respecto, resulta curioso que la Ley 843 de 1986 (sancionada por Víctor Paz y Gonzalo Sánchez de Lozada) siga vigente hasta hoy con pequeñas modificaciones de forma. Si son tan enemigos del neoliberalismo, qué tal atacar a su mayor logro: la ley de impuestos.

No podemos legislar figuras económicas del siglo XXI con pensamiento y leyes del siglo XX. Al respecto, la economía digital está obligando al mundo entero, tanto a gobiernos, instituciones, empresas y personas, a modificar su pensamiento y estructura en torno a un tema vigente llamado “transformación digital”. Un ejemplo, hace cuatro años, el Estado era enemigo de las redes sociales. Hoy tiene toda una Dirección especializada que las gestiona. ¿No sería coherente aplicar la misma lógica con impuestos? Palabras como “clausurar”, “obligar” y “perdonazo” dentro de un enfoque punitivo deberían convertirse en “colaborar, “cooperar”, “incentivar” en una dimensión de estímulo al emprendimiento.

Otros países tienen figuras interesantes para ampliar la base tributaria, con categorías y porcentajes diferidos. Chile y México tienen hasta devoluciones anuales de impuestos. Mientras tanto, podrían empezar clausurando la burocracia del sistema. Ahí sí aplaudiremos.