Día del Mar, para reflexionar
Exhortación. Las peleas políticas deben terminar. El país necesita la suma de todos los esfuerzos, caso contrario, seremos una nación enclaustrada porque cada quien se encierra en su postura.<BR>
23 de marzo de 2019 (02:21 h.)
Hace 140 años, el 23 de marzo de 1879, Bolivia perdió su territorio en la costa del Pacífico, tras una invasión de Chile, y desde esa época reclama al país trasandino que le restituya su derecho a una salida soberana al océano.
Hoy, 23 de marzo, en el país, como sucede todos los años, se realizarán actos de homenaje por el Día del Mar, para ratificar que Bolivia no renunciará nunca a una salida soberana al Pacífico, porque nuestro país nació con una costa de 400 kilómetros, según se puede corroborar en los libros de historia.
Empero, esta fecha, en la que los niños entonan la Marcha Naval y las autoridades realizan todo tipo de promesas con el fin de hacer gestiones para recuperar la salida al mar, debería ser una oportunidad para reflexionar, como bolivianos, a dónde queremos encaminar nuestros pasos.
El anhelo de volver al Pacífico, que históricamente ha sido transmitido de generación en generación, irrenunciable por cierto, no debería ser el único objetivo que nos guíe para lograr el desarrollo.
No podemos seguir lamentándonos porque el país deja de percibir importantes cantidades de dinero por no tener acceso al mar. Tenemos que asumir alternativas que nos permitan potenciar nuestra economía. Otras naciones, varias en Europa, han conseguido, con ingenio y perseverancia, convertirse en potencias, pese a que no tienen un acceso directo al mar.
El Gobierno ha destacado, en los últimos años, que el crecimiento económico nacional sufre una merma anual de 2.7 por ciento por la pérdida de su litoral, por no poder explotar los recursos naturales que en la actualidad son aprovechados por Chile y sus empresas.
No se puede negar que Bolivia hubiese crecido a la par de los países más grandes de la región, pero, reiteramos, hay otras alternativas para fortalecer nuestra economía, por ejemplo, exportando productos con valor agregado.
En las últimas semanas, el Gobierno anunció que el país empezará a exportar electricidad a Argentina, lo que le permitirá generar importantes divisas cada mes.
Otros proyectos similares deberían implementarse para generar recursos económicos y mejorar el desarrollo humano en el país.
Lamentablemente, el Día del Mar y el festejo que se realiza en torno a esta demanda centenaria se politizan cada año. El oficicialismo, por ejemplo, aprovecha para sacar todo el rédito posible, haciendo promesas de que el Gobierno no claudicará en la lucha por recuperar el acceso soberano al Pacífico.
La oposición, por su parte, aprovecha esta fecha para hacer escarnio del Gobierno, y en los últimos días anunció que el país “vestirá de luto”, tras el fallo adverso de la Corte Internacional de Justicia a la demanda marítima contra Chile.
La diputada del MAS Romina Pérez calificó, según ABI, de “antipatrias” a los opositores que politizan la demanda marítima para obtener rédito electoral, de cara a las elecciones generales del 20 de octubre.
Hoy, 23 de marzo, en el país, como sucede todos los años, se realizarán actos de homenaje por el Día del Mar, para ratificar que Bolivia no renunciará nunca a una salida soberana al Pacífico, porque nuestro país nació con una costa de 400 kilómetros, según se puede corroborar en los libros de historia.
Empero, esta fecha, en la que los niños entonan la Marcha Naval y las autoridades realizan todo tipo de promesas con el fin de hacer gestiones para recuperar la salida al mar, debería ser una oportunidad para reflexionar, como bolivianos, a dónde queremos encaminar nuestros pasos.
El anhelo de volver al Pacífico, que históricamente ha sido transmitido de generación en generación, irrenunciable por cierto, no debería ser el único objetivo que nos guíe para lograr el desarrollo.
No podemos seguir lamentándonos porque el país deja de percibir importantes cantidades de dinero por no tener acceso al mar. Tenemos que asumir alternativas que nos permitan potenciar nuestra economía. Otras naciones, varias en Europa, han conseguido, con ingenio y perseverancia, convertirse en potencias, pese a que no tienen un acceso directo al mar.
El Gobierno ha destacado, en los últimos años, que el crecimiento económico nacional sufre una merma anual de 2.7 por ciento por la pérdida de su litoral, por no poder explotar los recursos naturales que en la actualidad son aprovechados por Chile y sus empresas.
No se puede negar que Bolivia hubiese crecido a la par de los países más grandes de la región, pero, reiteramos, hay otras alternativas para fortalecer nuestra economía, por ejemplo, exportando productos con valor agregado.
En las últimas semanas, el Gobierno anunció que el país empezará a exportar electricidad a Argentina, lo que le permitirá generar importantes divisas cada mes.
Otros proyectos similares deberían implementarse para generar recursos económicos y mejorar el desarrollo humano en el país.
Lamentablemente, el Día del Mar y el festejo que se realiza en torno a esta demanda centenaria se politizan cada año. El oficicialismo, por ejemplo, aprovecha para sacar todo el rédito posible, haciendo promesas de que el Gobierno no claudicará en la lucha por recuperar el acceso soberano al Pacífico.
La oposición, por su parte, aprovecha esta fecha para hacer escarnio del Gobierno, y en los últimos días anunció que el país “vestirá de luto”, tras el fallo adverso de la Corte Internacional de Justicia a la demanda marítima contra Chile.
La diputada del MAS Romina Pérez calificó, según ABI, de “antipatrias” a los opositores que politizan la demanda marítima para obtener rédito electoral, de cara a las elecciones generales del 20 de octubre.
Estas peleas políticas deben terminar, porque el país necesita la suma de todos los esfuerzos, caso contrario, seremos una nación enclaustrada, no por la falta de acceso al mar, sino porque cada quien se encierra en una postura intransigente que solo busca un beneficio personal. Es hora de cambiar esta actitud que nos hace mucho daño.