Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
  • Actualizado 00:00

SERENDIPIA

Padres enseñando, confundiendo

Padres enseñando, confundiendo
Alrededor de las escuelas ocurren muchas cosas y mi obstinada recurrencia en hablar acerca del tema seguramente tiene que ver con mi fe en esos espacios como centros de transformación efectiva de comportamientos, tanto de realidades micro como macro

Muchos de ustedes seguramente han leído El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde escrita por Robert Louis Stevenson a finales del siglo XIX. La novela habla de Jekyll que es un científico que crea una poción que tiene la capacidad de separar la parte más humana del lado más maléfico de una persona. Cuando Jekyll bebe esta mezcla se convierte en Edward Hyde, un criminal capaz de cualquier atrocidad. El mensaje que está detrás de la novela es que en nosotros conviven un lado oscuro y un lado lleno de luz

Cuando los padres llevan a sus niños casi al límite de la hora de ingreso o cuando los recogen de las unidades educativas para celebrar, por ejemplo, el Día del Padre, afloran en la generalidad de los padres ese lado oscuro en su más cruel expresión.
No importa ningún otro ser vivo alrededor para lograrlo. No importa dónde ni cómo estaciona el vehículo, si va en vehículo. No importa ni siquiera el niño o la niña a la cual jalonean para que no los adelanten los otros padres. Ni sus quejas ni sus llantos. Se trata de sobrevivir, se trata de esas fieras de la selva que pareciera que disputan el último trozo de alimento.
La realidad a la que están expuestos los niños de camino o de salida a la escuela, mantengo la esperanza de que resulta contradictoria con aquella en la cual viven en sus casas; más bien caracterizada por el afecto y la atención personalizada, la del lado de la luz.
No olvidemos que dos realidades, es decir padres comportándose de distinta manera en ambos escenarios, configuran un escenario esquizofrenizante para los hijos. Dos mensajes, dos discursos dos realidades. La incoherencia en su más clara expresión

La educación se extiende a todos los espacios y no solo a las aulas. Lo que hacen y dicen nuestros padres cada momento son modelos de aprendizaje; las situaciones a las que se enfrentan cotidianamente los niños son muchísimo más valiosos que mil palabras o numerosas teorías a la hora de enseñar.