Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 21:17

OJO DE  VIDRIO

Convocatoria

Convocatoria
Veo gente de clase media, de nivel académico y a quien no le vas a inducir a pensar lo que no piensa, que defiende el proceso de cambio aunque no necesariamente sea militante del partido de Gobierno. Según recogí, el proceso de cambio es no solo irreversible –no podríamos derogar la Constitución, el SUS, los bonos estatales ni la obra del Gobierno— sino que trasciende al partido de turno porque debe continuar y no detenerse jamás.

Pasa que esta gente pensante está desarticulada y evita hablar de política. No hablo de algunos izquierdistas que han recogido las críticas más pequeñas y mezquinas contra el proceso y abundan en declaraciones contra el partido de Gobierno, que a veces es una manifestación de su odio y resentimiento, y otras de su temprano recogimiento hacia fuentes de investigación menos coyunturales y ajenas al proceso.

Hablo de esos seres silenciosos que desean militar en el proceso de cambio y lo defienden como algo irreversible y constante. Hablo de quienes tienen críticas, pero evitan decirlas en público, de esos que comprueban la falta de organicidad y propuestas de la oposición, que al menos en imagen se está desmoronando pese a algunas encuestas que parecen manejadas.

A ellos, a los defensores silenciosos del proceso de cambio me gustaría convocarlos a gestar un movimiento silencioso, de clase media, pleno de principios y de críticas, claro está, pero firme en su convicción de que esto debe continuar. Y quizá no haya otra forma que la de contribuir, de romper el silencio, de tener una organización lo más horizontal posible, pero en comunicación constante, que no se guíe por pegas o canonjías, sino por convicciones. ¿Tenemos derecho a renunciar a la gallina de los huevos de oro del proceso, que nos ha dado estabilidad y crecimiento durante 13 años? ¿Y en nombre de qué renunciaríamos, de una oposición sin propuestas?

A solo siete meses de las elecciones generales, somos conscientes de que el escenario electoral ha cambiado: los votantes de estas elecciones tenían poco más de seis años en 2005 y no vivieron la guerra del agua, la guerra del gas o el neoliberalismo, mucho menos las dictaduras militares. ¿Qué les interesa? ¿Dónde votarán? ¿Cuál es el escenario electoral de hoy? ¿Qué discurso manejar frente a ellos? Son preguntas que debería hacerse este grupo para participar en el proceso. Me gustaría convocar a ellas y ellos, a la gente de clase media con principios, a los heroicos combatientes del movimiento universitario y la guerrilla, a los académicos y empresarios, a todas y todos los que defienden este proceso de cambio.