Habilitar una línea telefónica gratuita para denunciar actos irregulares que son cometidos por miembros de la Policía Boliviana suena interesante, pero su éxito dependerá de las acciones que se tomen y muestren en contra de quienes son reportados.

Recientemente, el Ministerio de Gobierno habilitó la línea gratuita 800101819 para recibir denuncias de todas las personas que se vean afectadas por actos irregulares de un policía.

Con esta medida, el Gobierno busca que la gente presente sus quejas para que, de acuerdo a la gravedad, los denunciados sean procesados.

"El Ministerio de Gobierno solicita a los servidores públicos policiales, como a la población en general, que ante cualquier denuncia o hecho irregular que se presente en la Policía Boliviana, sean estos actos irregulares, abusos, arbitrariedades u otras situaciones en las que se encuentren involucrados policías de cualquier rango, nivel jerárquico o de base, tengan a bien comunicarse directamente con esta cartera de Estado y poner en conocimiento los mismos", señala parte del comunicado que fue emitido el pasado sábado y el mismo que ha sido viralizado en las redes sociales.

La medida no deja de ser interesante. Sin embargo, todo dependerá de la importancia que le den quienes recepcionen las denuncias y el tratamiento de las mismas.

Ojalá que las denuncias que se reciban no caigan en saco roto, como suele suceder cuando la gente reporta hechos irregulares o mala atención en algunas instituciones.

Es preciso que quien denuncie tenga también una respuesta, pero que la misma sea satisfactoria.

Si la medida que decidió implementar el Ministerio de Gobierno funciona, seguramente las personas se animarán hacer llegar, incluso, pruebas contra quienes cometan actos delictivos.

El viceministro de Seguridad Ciudadana, Wilfredo Chávez, indicó que se mantendrá en reserva la identidad de los denunciantes. Este es otro elemento importante para proteger a las personas y estas, a su vez, se sientan seguras de reportar a los malos policías.

Lamentablemente, hay quienes dicen haber denunciado a algunos policías a través de otros mecanismos, pero estos nunca fueron procesados y continúan en las filas de la institución verde olivo.

La habilitación de una línea gratuita para denunciar a los uniformados es un mecanismo más que, insistimos, suena interesante, pero la lucha contra la corrupción dependerá también de dejar de proteger al camarada, al jefe.

Entre bomberos no se pisan la manguera, dice una conocida frase. Y en la Policía parece tener cierta importancia.

En ese sentido, si se busca acabar con los corruptos para limpiar la pésima imagen que tiene la Policía Boliviana, debido a los innumerables casos que se denunciaron y por los que más de una treintena de uniformados se vieron implicados solo en lo que va del año, es preciso acabar con el proteccionismo.

Así se trate del amigo, del hermano, del compadre, del padrino, entre otros, ninguna autoridad debe protegerlo, más al contrario, denunciarlo.

Asimismo, es necesario realizar investigaciones internas y no esperar que lleguen las denuncias.

Lamentablemente, la corrupción en la Policía es un mal, no de ahora, sino de siempre. A esto se suman delitos como la violación y la violencia, entre otros.