Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 18:19

Protejamos el Parque Tunari

Castigo. Las autoridades judiciales, con el apoyo de la Policía, deberían proceder a detener y procesar a los loteadores que siguen haciendo de las suyas.<BR>
Protejamos el Parque Tunari

El único pulmón de Cochabamba, el Parque Nacional Tunari, sigue siendo destruido por avasalladores que construyen casas, de la noche a la mañana, mientras las autoridades miran impotentes sin poder frenar este crimen contra esta reserva natural.

Hay miles de viviendas a lo ancho y largo del Parque Tunari, que lamentablemente no podrán ser demolidas porque están consolidadas en urbanizaciones, y otras más que se construyen aprovechando los fines de semana o feriados. Esta situación fue denunciada en varias oportunidades por este y otros medios de comunicación, pero todo queda en el papel. Ninguna autoridad o institución se anima a "tomar el toro por las astas" y frenar el millonario negocio de los loteadores que estafan a familias desesperadas por tener un techo propio.

En los feriados de Carnaval, por ejemplo, inescrupulosos loteadores construyeron al menos cinco edificaciones ilegales, denunció el jefe de Control de Tierras del área protegida, Alberto Terrazas.

“Antes ya habíamos paralizado obras en esa zona, pero están trabajando día y noche”, precisó.

Las construcciones ilegales en el Parque Tunari y las respectivas denuncias son permanentes, sin embargo, nadie se anima a poner un alto a esta actividad que hace mucho daño a la población que habita en los municipios colindantes.

Además de avasallar esta reserva natural, los que adquieren lotes en esta zona construyen viviendas sobre la franja de seguridad, a 30 metros de las torrenteras, o menos, obstaculizando el curso del agua y poniendo en riesgo sus vidas.

Los que edifican casas en zonas prohibidas del Parque Tunari, erigen sus paredes y colocan techos de calamina en pocos días. En un recorrido que hizo este medio, se pudo observar, por ejemplo, que una vivienda tenía aún flores y adornos que usualmente se cuelgan en Carnaval.

Pero, más allá de seguirnos lamentando y planeando qué se puede hacer, es hora de que las autoridades, en todos los niveles, actúen con rigurosidad y no permitan que se coloque un solo ladrillo más en el Parque Tunari, porque si se continúa con ese ritmo de construcción, en una década no tendremos una zona de recarga acuífera y el aire estará más contaminado, con el consiguiente perjuicio para la salud de los que viven en Cochabamba.

Bajo el argumento de que muchos de los que viven en el Parque Tunari tienen sus viviendas con años de antigüedad, se sigue permitiendo otras construcciones, lo cual implica que se está quitando espacio para las especies vegetales y animales, además de provocar contaminación por falta de un sistema de alcantarillado.

Al margen de no permitir más construcciones en el Parque Tunari, las autoridades judiciales, con el apoyo de la Policía, deberían proceder a detener y procesar a los loteadores que siguen haciendo de las suyas y quedan en la impunidad.

Los municipios afectados y la Gobernación deberían unir fuerzas para elaborar un plan común y luchar con todas las herramientas que les otorga la ley para detener el avasallamiento, sin pérdida de tiempo.

Si no se asumen acciones drásticas, inmediatamente, lo más probable es que todos quienes vivimos en este valle estaremos sufriendo las consecuencias, en poco tiempo.

El Parque Nacional Tunari es un patrimonio que debe ser protegido para esta y otras generaciones.