Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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El desafío de exportar energía

Demanda. Si Bolivia cumple con los envíos, lo más probable es que otros países también se interesen por la compra de energía eléctrica.<BR>
El desafío de exportar energía
Bolivia quiere convertirse en una potencia energética y para ese propósito se alista para exportar electricidad a los países vecinos. Este proyecto, que según el Gobierno está cada vez más cerca de concretarse, permitirá al país obtener divisas sin tener que acabar sus recursos naturales, como cuando vende gas natural y petróleo.

El lunes pasado, el presidente de la Empresa Nacional de Electricidad, Joaquín Rodríguez, afirmó que se prevé comenzar a exportar energía eléctrica al mercado de Argentina en septiembre.

De concretarse finalmente este proyecto del Gobierno, se convertirá en una buena noticia para los bolivianos, porque el ingreso de divisas al país tonifica nuestra economía y permite la implementación de proyectos en las áreas de salud y educación, especialmente.

Rodríguez adelantó que se espera exportar 120 megavatios de electricidad a Argentina, que permitirá al país obtener un ingreso mensual de entre 2 y 3 millones de dólares.

Si bien este monto de dinero no es todavía significativo, le permitirá al Gobierno atender actividades urgentes, con la proyección de que otros países requieran este servicio de Bolivia y los ingresos vayan incrementándose en el tiempo.

Empero, se deben realizar algunas puntualizaciones. Todo ingreso que llegue al país, producto de la exportación de electricidad, debe ser bien utilizado para beneficiar a los sectores más vulnerables. Asimismo, antes de vender energía eléctrica a otros países, se deberá cumplir con la demanda interna del país, para que todos los bolivianos puedan acceder a este servicio básico.

El proyecto de exportar energía eléctrica por parte del Gobierno no es reciente. En junio de 2015, el presidente Evo Morales anunció en Chimoré que el país cuenta con las fuentes y los recursos como para exportar, en 2025, cuando celebre su bicentenario, al menos 8.000 megavatios de electricidad, es decir, unas seis veces más de lo que el país consume actualmente.

Si esta meta ambiciosa se cumple, el país tendrá una importante fuente de ingresos, que podrían ser una alternativa a la exportación de gas y otros recursos naturales, que, como todos saben, se agotarán en algún momento.

“Estamos en línea con el Presidente, de convertir a Bolivia en el centro energético de Sudamérica”, anunció en esa oportunidad el Ministro de Hidrocarburos.

Otro mercado importante para exportar electricidad es Brasil, un coloso que, por su población, requiere ingentes cantidades de un servicio o producto y se convierte en una buena alternativa económica.

Los gobernantes deben negociar buenos términos para vender energía eléctrica y asegurar la provisión de este servicio, en el tiempo, de modo que el país cumpla.

Y si Bolivia cumple con los envíos, lo más probable es que otras naciones también se interesen por la compra de energía eléctrica, lo que permitirá al país aumentar sus ingresos.

Asimismo, no se debe perder de vista la exportación de otros productos con valor agregado para que de una vez el país deje de ser monoexportador de materia prima, como lo fue en el pasado con el estaño y actualmente con el gas natural.

Bolivia, al igual que sucede con grandes potencias, como Japón, debería soñar en la exportación de servicios que no requieran la explotación a discreción de sus recursos naturales, porque en algún momento nos podemos lamentar.