Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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LÁPIZ Y ALMA

Evolución del Carnaval

Evolución del Carnaval
Si viviste las décadas de los setenta y ochenta, me darás razón de que el Carnaval se esperaba con muchas ansias y se vivía intensamente.

En ese tiempo, recuerdo bien que en todos los barrios de Cochabamba se jugaba con agua entre los vecinos, sin distinción de edades, y se aplicaba la teoría de que: “En Carnaval se moja, pero no se enoja”. En algunas ocasiones, sacábamos la camioneta de algún amigo y nos íbamos a mojar por las calles de la ciudad, sin embargo, los que aparecíamos mojados éramos nosotros, pero todo se enmarcaba en la alegría y diversión.

El Carnaval cochabambino se inicia el jueves de Compadres y continúa con el jueves siguiente en el que celebran las Comadres. Aunque no de la misma forma, hoy por hoy vemos que las comadres se festejan con más intensidad. Luego, el primer domingo continúa la fiesta en horas de la mañana con el Corso Infantil, celebración en la que participan los niños disfrazados, acompañados de sus padres, para arribar al Martes de Ch’alla, el día más festivo, que ha logrado constituirse como una de las costumbres más arraigadas de nuestro departamento, que consiste en q’oar, ofreciendo a la Pachamama, para que los bienes se conserven más tiempo y que todo el año se tenga buena suerte.

La fiesta del Carnaval en Cochabamba continúa con el Corso de Corsos, llamado también Carnaval de la Concordia, evento que reúne al mayor número de fraternidades y grupos folclóricos que, acompañados de prestigiosas bandas, nos deleitan con ritmos variados y de actualidad.

Lamentablemente, duele decirlo, que aunque contamos con la Ley 1333, que tiene por objeto la protección y conservación del medio ambiente y los recursos naturales, regulando las acciones del hombre con relación a la naturaleza y promoviendo el desarrollo sostenible con la finalidad de mejorar la calidad de vida de la población, no se cumple. El artículo 17 del mismo cuerpo legal dice: “Estado y sociedad deben garantizar el derecho que tiene toda persona y ser viviente a disfrutar de un ambiente sano y agradable en el desarrollo y ejercicio de sus actividades”. El artículo 18 reza: “El control de la calidad ambiental es de necesidad y utilidad pública e interés social. La Secretaría Nacional y las secretarías departamentales del Medio Ambiente promoverán y ejecutarán acciones para hacer cumplir con los objetivos del control de la calidad ambiental”.

De igual manera, el noveno pilar de la Agenda Patriótica 2025 versa sobre la soberanía ambiental con desarrollo integral, respetando los derechos de la madre tierra, pero en el Corso de Corsos 2019 se volvió a hacer un perjuicio ecológico en todo el recorrido, toda vez que se dañaron 22 árboles, con roturas de los tallos principales y secundarios, las jardineras invadidas por comerciantes de graderías y sillas. Para qué hablar de la basura tirada en todo el recorrido, como siempre cantidades industriales de desechos de todo tipo y color.

Claramente se ve que existen normativas y propuestas para defender y fortalecer el medio ambiente y construir una nueva sociedad y Estado. Pero, si en pleno siglo XXI continuamos con estas prácticas e inconductas, todo lo normado cae en saco roto, a la hora de la verdad. ¿Será que podremos algún día cumplir todo lo que pregonamos y normamos?, porque no nos olvidemos que nuestra querida Bolivia en 2025 cumplirá 200 años de vida.