Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 00:24

FORO

Un vacío imposible de llenar

Un vacío imposible de llenar
Mauricio Macri acaba de confirmar que su gestión ya no tiene absolutamente ninguna perspectiva esperanzadora para ofrecer.

En medio de una recesión que parece indetenible y agotado cualquier dato positivo sobre la marcha económica de corto a mediano plazo, los asesores presidenciales le escribieron un discurso que esquivó cuanto pudo a la angustia central de la sociedad.

Hacia atrás y además de apelaciones no muy recargadas sobre la herencia recibida, solo reforzó con ligereza la influencia de un escenario externo que los obligó a tomar medidas drásticas para reducir el déficit fiscal. Alguien lo habrá advertido de no repetir “tormentas”. Por supuesto, Macri evitó el sincericidio de aludir a la pésima lectura internacional de su mejor equipo de los últimos 50 años (en la benévola interpretación de que simplemente se equivocaron y no en la maliciosa de que ejecutan un programa de saqueo estatal, a favor de sus socios privilegiados, sin otra consecuencia posible para las mayorías que este desastre).

Hacia delante, sencillamente el futuro ya volverá a llegar. Pero esta vez no hubo pronósticos concretos acerca de crecimiento, inflación rebajada, inversión productiva local o extranjera. Cero. Menos que menos, algún párrafo dedicado a la bomba del endeudamiento que también caería sobre las espaldas de otro Gobierno cambiemita. En torno de esto último, quizás era ingenuamente esperable que Macri hubiera trazado alguna fantasía, de mínima solvencia técnica o discursiva, para prevenirse de las críticas por omisión. Es imposible siquiera eso.

Movida única, por lo tanto: equilibrio fiscal, lucha contra la corrupción, transparencia de las instituciones, calidad democrática, los argentinos podemos, la libertad, la independencia de la Justicia y el consabido recitado de oraciones escolares con el que, el jueves pasado, ya había aburrido soberanamente a los legisladores oficialistas reunidos en Olivos. De hecho, salvo por las sonrisas aprobatorias de Patricia Bullrich, la habitual sobreactuación de la primera actriz argentina Elisa Carrió y aplausos entusiastas del oscuro canciller Jorge Faurie junto con tropa desconocida, muchos rostros cambiemitas mostraron cierta vergüenza ajena frente a una perorata disparatada que habló de la droga que ya no llega a los barrios, de la reducción de la pobreza, de todo lo que crecimos desde 2015 en cuanto rubro quisiera tomarse. En síntesis, nada nuevo bajo el sol. Nada de nada. Tampoco cabía esperarlo.