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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Plaguicidas, un negocio sin control

Plaguicidas, un negocio sin control
La venta de plaguicidas, incluso los prohibidos, es irracional en Cochabamba por falta de control. Basta recorrer las tiendas que hay en la calle República o por algunos puestos de La Cancha para darse cuenta que nadie regula esa actividad.

Ese problema no solo se tiene en la ciudad, también se puede observar en las provincias e incluso en algunas zonas de frontera como Desaguadero, donde, principalmente, los días de feria (martes y viernes), aparecen puestos de venta improvisados que ofrecen todo tipo de venenos para las plantas.

El miércoles, este medio de comunicación denunció que el uso indiscriminado y descontrolado de químicos para combatir algunas plagas está envenenando a Omereque, Tiraque, Punata y Chapare.

Un estudio del Centro de Aguas y Medio Ambiente (CASA) de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) concluyó que los plaguicidas han causado graves daños contaminando el agua, el suelo, a los productos y el aire.

En esa investigación también se concluyó que los campesinos están utilizando insectividas que dejaron de circular hace más de 30 años en el mundo.

Está claro que cada vez aparecen nuevas y más agresivas plagas, y que los agricultores se ven obligados a buscar alternativas para eliminarlas, pero, lamentablemente, para garantizar su producción y recuperar lo invertido recurren a venenos que no solo matan a los insectos, sino que dañan los suelos, el agua y hasta su propia salud.

Lo más preocupante es que las autoridades competentes no hacen nada para parar el uso indiscriminado de pesticidas en el departamento y el país.

Hace casi ocho años, el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Aliementaria (Senasag) alertó sobre el uso indiscriminado de plaguicidas y la falta de control. Lamentablemente, en la actualidad la situación es la misma. La experta en ingeniería ambiental, con experiencia en calidad de aguas potables y residuales, análisis de trazas orgánicas en muestras ambientales Mercedes Álvarez Caero informó que en el 80 por ciento de las muestras estudiadas en Omereque, Tiraque, Punata y Chapare hallaron químicos prohibidos.

Es que no solo es cuestionable el uso indiscriminado de plaguicidas, sino que lo más preocupante es que tampoco los agricultores hacen un uso adecuado de esos productos.

Los vendedores suelen darles algunos datos básicos, pero está claro que no les advierten sobre los riesgos que corren sus tierras, donde los productos químicos permanecen al menos 50 años.

Varios estudios han demostrado que las personas que de forma permanente manipulan plaguicidas sin ningún tipo de protección, que es lo que sucede con los campesinos, tienen un elevado riesgo de contraer cáncer.

También, los bebés de las mujeres que son expuestas a esos venenos tienen un elevado índice de nacer con malformaciones.

Si bien hay una larga lista de insecticidas autorizados y que cumplen con todas las normas, es cierto que también hay otros, al menos 12 de acuerdo a un estudio de la UMSS, que entran por contrabando y que son vendidos a vista y paciencia de las autoridades.

Urge tomar cartas en el asunto y que las autoridades implementen controles en las zonas fronterizas. También es necesario que los puntos de venta sean supervisados de forma permanente. No solo se deben hacer controles cuando alguien hace una denuncia.

No podemos dejar de lado el hecho de que cuando un agricultor fumiga sus cultivos, en muchos de los casos, lo hace también a los productos que llevará a los mercados. Por ejemplo, el tomate, que es una de las plantas que más plagas concentra. Al estar en contacto directocon los plaguicidas, los riesgos para la salud para los consumidores se incrementan.