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  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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Lucy padeció la violencia machista por años y la “justicia” la llevó a cárcel

Dos exvocales ligados al caso Jhasmany confirmaron el encarcelamiento de una víctima. Se probó que el agresor hizo una falsa denuncia.
Lucy padeció la violencia machista por años y la “justicia” la llevó a cárcel

Desde que era una niña, Lucy siempre escuchó a su madre decir que cuando una mujer se enamora debe ser para siempre, sin importar los problemas que haya que afrontar en el camino. Esa idea anidó en su corazón de tal manera que cuando conoció y se enamoró de Carlos Armando  Q.R., decidió que envejecería a su lado.
En 2001, Lucy fue contratada como como vendedora y distribuidora en una empresa de cosméticos. Carlos es el hijo de los propietarios de ese negocio.  Él había comenzado a estudiar Derecho en la universidad, pero se enamoró de Lucy y, tras varias invitaciones y salidas, consiguió conquistar su corazón

A los seis meses de formalizar su relación, los celos enfermizos de Carlos Armando ya no eran disimulados. “Yo estudiaba en el instituto Avarez Plata. Él me revisaba el celular, controlaba a qué hora llegaba del instituto y si me tardaba  reclamaba. Si  me llamaba y no contestaba al primer timbrazo, se enojaba y me preguntaba con quién estaba. Al principio me sentía halagada, pensando que realmente me amaba y temía perderme. Luego intenté tomarlo como si él bromeara, pero me hacía sentir incómoda”.
EL PRIMER GOLPE  Entonces llegó el primer golpe. La pareja había salido a un local con el hermano de Carlos y otras personas. “Me levanté para ir al baño y no me di cuenta de que el hermano de Carlos había ido también al baño de varones, dos minutos antes. Esperó que yo vuelva y, sin decirme ni una sola palabra, me dio un puñete en la boca y caí al piso, sin entender qué había hecho, qué había pasado”. El hermano de Carlos corrió al ver a Lucy tendida en el suelo y gritó: “¡Burro! ¿Qué estás haciendo?”.
Carlos había creído que Lucy fue tras su hermano. Ella aclaró que ni se encontraron en el camino, pero él no entendía razones. Al día siguiente, él solo le dijo: “Disculpá”, sin ninguna promesa ni ruego

Lucy jamás había visto que su padre agrediera a su madre. “Discutían, hubo peleas, pero nunca vi golpes. Para mí esto era nuevo y no sabía qué hacer. Me dolía la mandíbula, mi labio estaba reventado, pero mi alma estaba muy confundida porque en mi cabeza y en mi corazón, mi unión con Carlos era para siempre”

Lucy perdonó. Pero la puerta de la violencia había sido abierta de par en par y Carlos la arrastró a una vida de sufrimiento. “Me prohibía hablar por teléfono, me celaba cada vez más. Llegaba ebrio y en medio de cualquier discusión me abofeteaba, se volvía otro. Yo lo perdonaba  una y otra vez. Un día llegó muy tarde y le pregunté dónde estuvo. Se enojó, me golpeó, me lanzó al suelo y allí me pisó en todo el cuerpo y se fue diciéndome que no quería saber nada más de mí. Lloré toda la noche y entendí que eso iba a empeorar. Decidí irme a España. Se lo dije y me pidió que no me vaya porque me iba a extrañar”, contó.
Lucy tomó valor, compró un pasaje y se fue a Almería, donde vive una de sus hermanas. La madre de Carlos la llamaba y le pedía que telefonee a su hijo porque desde que ella se había ido no paraba de beber alcohol y temía por él. Incluso había abandonado la universidad luego de dos años de estudio.
GOLPIZAS DE NUEVO Lucy lo llamó  y él decidó irse a España también. Mientras estuvo en Almería era “responsable”, discutíamos por la inestabilidad en la oferta de trabajo para él. “Me pedía que volviéramos a Bolivia, le dije que no, y él me dio una bofetada y me hizo una herida en la boca. Me llevaron al hospital y tuve que decir que me había caído en las gradas”.
Lucy quedó embarazada de su primera hija y Carlos no se alegró alegando “que estaba sin trabajo”. Sin embargo, ella notó que se sentía avergonzado y se adelantaba en las calles para no caminar junto a su pareja,  cuando el vientre de ella ya era visible

Su madre tenía un conocido en Madrid que le ofreció trabajo y él se fue a “probar suerte” por un mes. Volvió para el nacimiento de su hija, pero se negaba cargarla y decidió  volver a Madrid por un trabajo estable

“Fui tras él con mi bebé  y vivíamos en un cuarto con su amigo más. Trabajaba de mesero. Al salir se sus jornadas se iba a tomar con su compañero. No era saludable para una niña. Decidí volver a Almería, esperando que él reaccione y vuelva por mí”

Pero Carlos, tras dos años y medio de estadía en España, compró un pasaje de retorno a Bolivia. Desde allá, la llamaban y le aconsejaban que vuelva al país porque “él podía encontrar a otra mujer”.
Lucy retornó a Cochabamba con su hija y descubrió que Carlos había llegado de Madrid con una boliviana a la que conoció allá. Sin embargo, la dejó en cuanto supo que Lucy había vuelto. Habló con el padre de ella, pidió su mano, pero la madre de él se opuso y les propuso que vivieran juntos un año para ver cómo se llevaban.
Se fueron a vivir juntos a la casa de sus suegros, pero la relación empeoró. Carlos bebía con demasiada frecuencia. A Lucy, su suegra le recomendaba que no le reclame  nada. “Tienes que aguantar, todas las mujeres aguantamos. A mí su papá me hacía peores cosas. Si peleas, le cansas y te haces pegar por eso”, le decía.
Carlos llegaba ebrio y la golpeaba. Su hermano y su madre oían los gritos y los sonidos de los golpes, pero jamás intervenían ni para defenderla. Cuando Carlos le prohibió que vaya a la tienda a verlo, Lucy descubrió que él salía con otra mujer. Su suegra, una vez más, le dijo que ignore la “aventura” y que “todo hombre tenía momentos de locura”, pero que después volvería con ella.
“Quedé embarazada de nuevo y él se molestó, me dijo: ‘Otra vez con tus macanas’. Tuvo a otra niña y todo se malogró. Llegaba ebrio y me despertaba de madrugada para que le cocine algo, me pateaba en las canillas o me daba puñetes en la cabeza para que me apure. Me veía llorar, pero ya no se disculpaba siquiera. Se perdía varios días. Nació mi segunda hija y me cansé de oír que andaba con una y con otra. La última amante inventaba que yo la llamaba para amenazarla, él llegaba a revisar el celular y no hallaba nada, pero igual me golpeaba”. Quiso irse de la casa, pero su suegrala convenció de “soportar”.
ABORTO POR GOLPIZA Lucy quedó embarazada por tercera vez. Carlos estalló en ira al saberlo. “Me dijo: ‘Arreglá esto como puedas, no quiero otra wawa’ y me golpeó mucho, me lanzó al suelo y me pisó en mi vientre. Yo tenía tres meses de gestación. Él se fue y yo me puse muy mal”

En agosto de 2016, Lucy tuvo que ser internada en el hospital Cochabamba por varios días. Los médicos intentaron salvar a la criatura, pero tras varios estudios verificaron que ya estaba muerta por lo que tuvieron que someter a la madre a una legrado.“Mi hermana se quedó con mis hijas y mientras yo estaba deprimida en el hospital por la muerte de mi bebé y porque él ni siquiera fue a verme, su familia estaba planeando todo para sacarme de su vida de la forma más vergonzosa, acusándome de robar dinero . Cuando volví a la casa me gritaron ratera, y que no querían saber nada de mí ni de mis hijas”

Lucy se fue a la casa de su padre a principios de septiembre y luego a sentar una denuncia el Servicio Legal Integral Municipal de Villa México, donde la funcionaria que la atendió ni siquiera le prestó atención y escribió un informe “distorsionado”. Carlos se enteró de la denuncia y la amenazó: “¡Ahora, vas a llorar sangre!”. La víctima había alquilado su caseta del mercado mientras se reponía de las golpizas, y Carlos la denunció e hizo que le clausuren el puesto. “No tenía ingresos para darles de comer a mis hijas, me cerró todas las puertas”

Pese a que la denuncia de violencia física y psicológica contra Carlos había sido presentada en septiembre, pasaron ocho meses y ni siquiera lo sometieron a una audiencia cautelar.

Vocales ligados al caso Jhasmany confirmaron injusticia contra Lucy

Lucy iba con frecuencia a la Fiscalía para averiguar si ya había imputación, pero la asistente, que resultó ser alumna de la abogada de Carlos Armando Q., la hacía ir y venir advirtiéndole que “estos procesos duran años”.
“El expediente estaba casi escondido debajo de una pila, para que no avance. Yo esperé hasta mayo de 2017. Un día, dos policías me interceptaron junto a mis dos hijas y ejecutaron una orden de aprehensión en mi contra. Yo no sabía el motivo, ni me quisieron decir. Me llevaron a celdas de la EPI Sud”

Un mes antes, en abril de 2017, Carlos Q.R. la había acusado de agredirlo y de fracturarle el brazo, justo en la fecha del cumpleaños de Lucy, cuando ella ni siquiera había salido de su casa y existían al menos 10 testigos de que la mujer había cocinado y celebrado junto a ellos.
En cuestión de tres días (por falta de juez), Lucy fue sometida a una audiencia cautelar. La fiscal Miriam Escóbar ya tenía la imputación en su contra, pese a que la denuncia de Carlos había sido presentada recién.
En la audiencia se enteró de que le habían ido a notificar del proceso a la casa de su padre y que pegaron el documento en la puerta de ingreso. Una vecina vio que poco después, un vehículo frenó y dos personas quitaron la notificación y se la llevaron, por lo que Lucy jamás se enteró del proceso en curso. Durante la audiencia cautelar, un malentendido surgido porque Lucy declaró que vivía en la avenida Circunvalación y los policías certificaron que era el barrio Ferroviario (era la misma dirección, pero explicada de diferente manera), hizo que el fiscal Yerko Alconz pidiera su detención por existir riesgo de fuga.
“La abogada de Carlos me llamó asesina, dijo que yo quise matarlo. No les importó que tuviera hijas pequeñas, ni quisieron constatar que se trataba de la misma dirección, me enviaron a la cárcel”, lloró Lucy

La mujer, desesperada,   apeló la decisión del juez cautelar. Su caso cayó sorteado en la Sala Penal 2. El 31 de agosto de 2017, los vocales Anawella Torrez y Nelson Pereira, destituidos recién para ser investigados por el delito de consorcio en el caso del Abogado del diablo Jhasmany T.L., revisaron el proceso contra Lucy en una audiencia y confirmaron la decisión de mantener presa a Lucy, pese a que se les explicó que ella era una víctima de violencia y que la denuncia en contra de ella era una venganza de su agresor.

Ella es inocente pero postergan juicio de Carlos

El sufrimiento de Lucy conmovió a su sobrina que fue a pedir auxilio al colectivo Mujeres de Fuego.  Su expediente fue revisado por los abogados Rider Revuela y Mercedes Cortez de Voces Libres, quienes verificaron que había muchas irregularidades en el proceso.
Comprobaron que, a pesar de que ella era una víctima de violencia, el sistema judicial se ensañó con ella y la metió presa en tiempo récord, luego de que su agresor contrarrestara la denuncia que ella había presentado antes, con una acusación que 10 testigos aseguraban que era falsa y producto de la venganza

Se estableció que Lucy sentó denuncia en contra de su expareja en octubre de 2016, luego de soportar varias golpizas durante 10 años. La última derivó en el aborto de su tercer hijo. El agresor fue notificado, pero, su audiencia cautelar fue demorada más de 10 meses y, al final, la  Fiscalía pidió que no sea encarcelado.
 En abril de 2017, Carlos Q.R. denunció que ella había ido a su casa de Villa Loreto  lo había atacado con una piedra y le fracturó el brazo. Con ayuda de sus abogadas, una exfiscal y una exvocal, presentó un certificado médico particular y cuatro testigos del supuesto ataque.
La verdadera víctima de violencia negó esa acusación y dijo que la fecha en la que él dijo que fue atacado, ella celebraba su cumpleaños y no salió de su hogar. Presentó 10 testigos que estuvieron con ella.
Los abogados verificaron que un malentendido en los nombres de las calles de su casa (ella nombraba a la zona de otra manera a la que figuraba en el registro domiciliario) fue la excusa para que los jueces ordenaran su detención en mayo de 2017.
En una audiencia de apelación, los ahora exvocales  Anawella Tórrez y César Pereira, vinculados al Abogado del diablo según la Fiscalía, confirmaron el encierro de la víctima

Lucy fue alejada durante cinco meses de sus niñas y sufrió al ser encerrada en la cárcel de San Sebastián, siendo inocente. Las pesquisas demostraron que la versión de la mujer era real. Ella no salió de su casa la fecha del supuesto ataque. Las radiobases de su teléfono y de los celulares de sus testigos la ubicaban en su hogar.
No solo eso. Una de sus hijas ya había visto a su padre con el brazo vendado, antes de la fecha del supuesto ataque. Carlos Armando  había presentado a la Fiscalía un certificado médico particular que decía que tenía una fractura en el brazo. La Fiscalía le creyó, y homologó el certificado. Sin embargo, las investigaciones demostraron que el denunciante ya había sido atendido por una lesión en el brazo por uno de los médicos Escóbar, en Cliza, antes de la fecha del supuesto ataque.
Los abogados Rider Revuelta y Mercedes Cortez advirtieron que procesarían  a Carlos Q.R., no solo por violencia, sino también por falsa denuncia, y a sus cuatro testigos por emitir falsos testimonios. Finalmente, la Fiscalía emitió un sobreseimiento declarando inocente a Lucy. Sus defensores lamentaron que  el Estado haya ejercido violencia en contra Lucy a través de los fiscales, jueces y vocales que la encarcelaron siendo una víctima y la apartaron bruscamente de sus hijas

Después de tantos meses de demora, el juicio oral contra Carlos Q.R, por violencia intrafamiliar, debía comenzar el 14 de febrero de 2018. Empero, fue postergado por el Tribunal de Sentencia 4 hasta el mes de agosto por la ausencia de algunos testigos

“Aún no puedo creer que el hombre que tanto amé, y que es el padre de mis hijas, me haya hecho tanto daño, y que personas que ni siquiera me conocían, como las Mujeres de Fuego, y los abogados de Voces Libres, hayan peregrinado tanto, gestionando mi libertad. Estoy agradecida, y reconozco que todavía necesito terapia para reconstruirme de tanto dolor”, confió Lucy.

Datos

10 años soportó Lucy A.V. la violencia física y psicológica  de su expareja, con quien tuvo dos niñas. Cuando él la golpeó hasta hacerla abortar a su tercer hijo, en 2016, ella lo denunció, pero el caso no avanzó por más de 10 meses. Cuando él la denunció falsamente, en abril de 2017, Lucy fue encarcelada por cinco meses.

Apuntes

27 de octubre 2017 es la fecha en la que Lucy A.V. salió de la cárcel de San Sebastián, luego de estar cinco meses encerrada, injustamente. “Me duele ver a mi padre triste, por todo lo que me ha pasado. El no entiende por qué esa familia, fiscales, jueces y vocales se ensañaron contra mí. Yo tampoco entiendo”.