El pasado martes, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, anunció que el 23 ingresará la ayuda humanitaria que se encuentra en Cúcuta, ciudad colombiana enclavada en la frontera de los dos países.

Toneladas de alimentos y medicamentos donados por Colombia y Estados Unidos permanecen en almacenes y están listos para su traslado.

Hace unos días, el autoproclamado Presidente interino del país llanero convocó a más de 250.000 jóvenes registrados como voluntarios para que se organicen el fin de semana e inicien una cruzada nacional para que el apoyo llegue a manos de las personas más necesitadas.

Informes de la ONU señalan que en los últimos tres años de Gobierno de Nicolás Maduro más de 2.5 millones de venezolanos han abandonado su país. Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Estados Unidos y España han recibido a miles, que hoy hacen de todo para sobrevivir y enviar dinero a sus familiares que se quedaron en su tierra natal.

Desde que se conoció el éxodo de venezolanos, varios países y organizaciones internacionales se pronunciaron, pero ninguno tomó una posición clara y firme sobre el problema. Recién en 2017, cuando la crisis se ahondó, algunos organismos como el Grupo de Lima, integrado por 14 países de Latinoamérica, elevaron su voz de alarma y decidieron reunirse en aras de buscar una solución pacífica al conflicto en Venezuela.

Esa posición es criticada por los gobiernos que apoyan a Maduro, entre ellos Bolivia, Rusia y México.

Mientras Guaidó ha recibido el respaldo de más de 50 países del mundo, entre ellos Estados Unidos, para solucionar la crisis, Maduro reiteró, una y otra vez, que no necesitan ayuda.

El Mandatario niega que haya "emergencia humanitaria" y culpa de la falta de medicinas y comida a las duras sanciones estadounidenses. "En Venezuela no hay hambruna", dijo en una reciente entrevista con la BBC de Londres.

Envió militares para que refuercen el control en el puente Tienditas que conecta a Venezuela con Colombia para evitar que ingresen comida y fármacos. Sin embargo, el jueves, Liborio Guarulla, exgobernador del estado venezolano de Amazonas, aseguró que la ayuda humanitaria enviada por Colombia ha comenzado a ingresar por esa región por los ríos Guainía, Atabapo y Orinoco.

A través de su cuenta en Twitter, el exfuncionario indicó que la ayuda está llegando en embarcaciones escoltadas por indígenas venezolanos.

Comentó que los pobladores de Amazonas están comprometidos en colaborar con el ingreso de la ayuda. Asimismo, contó que ellos le dijeron: "Pongan alimentos y medicinas en la frontera que nosotros lo haremos llegar a nuestros hermanos indígenas y criollos que lo necesitan".

El Presidente de la Asamblea Nacional reiteró el llamado a las Fuerzas Armadas, sostén del Gobierno, para que desconozcan a Maduro y se unan a la cruzada para ingresar la ayuda. Les advirtió que impedir el paso de alimentos y medicinas es un "crimen de lesa humanidad".

Anunció que un segundo centro de acopio de ayuda se abrirá en Brasil, en el estado fronterizo de Roraima (norte).

Mientras Maduro y Guaidó pugnan por el poder, lamentablemente miles de venezolanos pasan hambre, dejan su país y hasta mueren porque no hay medicamentos para tratar sus dolencias. Aunque esta situación es negada por Maduro, lo cierto es que surgen testimonios de venezolanos que dicen todo lo contrario.

Ojalá quienes ostentan el poder y quienes se oponen a Maduro piensen en acciones que permitan encontrar una salida pacífica al conflicto que hoy enfrenta Venezuela. La población está primero y necesita ayuda.