Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 05:26

Impulso a la desobediencia civil

Impulso a la desobediencia civil
Quienes nos dedicamos al análisis político, requerimos partir de bases conceptuales, de teorías que sustenten lo que pretendemos examinar. Para lograr aquello, paso a definir el término “desobediencia civil”, fenómeno que en el presente y a futuro tiende a acentuarse con mayor ímpetu. La desobediencia civil es, en sencillas palabras, un acto de protesta sociopolítico, un movimiento dirigido a desobedecer la ley, a dejar de hacer lo estipulado o aquello que está prohibido por la normativa vigente cuando se percibe efectos nocivos al interés nacional. Se trata de un rechazo consciente, colectivo y pacífico a acatar mandatos considerados injustos. Aunque ilegal, difiere de la desobediencia practicada por un delincuente común quien comete un delito de manera oculta.

A propósito, la coyuntura me ha permitido evidenciar en estos primeros días del año, una clara desarticulación entre el Estado y sociedad cuando se trata de acatar las decisiones gubernamentales. Diversos sectores de la sociedad civil tienden a desobedecer. ¿Cuál la causa? Considero una principal, origen de los conflictos: el esfuerzo que despliega el Gobierno por conservar el poder con estrategias y estratagemas que refleja un alejamiento de las instituciones como conjunto de reglas formales creadas y vigentes. La expresión práctica de aquello se ve en el gradual y sincronizado manejo e interpretación de las reglas asociada a la necesidad partidaria de satisfacer preferencias propias, lejos de estructurar interacciones estables, mutuamente beneficiosas.

A mi entender, creo que frente a un objetivo trazado, al Estado le toca definir sus políticas a seguir. En esa línea, aquellas preferencias, es decir, los resultados que desea alcanzar estarán concentrados en ordenar, en organizar sus pretensiones en función a ingredientes prevalentes como son los valores, principios y normas que sostienen regímenes democráticos; asimismo, al interés nacional ineludible de todo análisis, como también a concertar con las representaciones político sociales, acuerdos creíbles y viables. Articulando estos elementos, el Estado, contribuirá en el diseño de escenarios donde los involucrados, sean estos partidos políticos, empresas, sindicatos, movimientos sociales, plataformas y demás, otorguen posibilidades influyentes en la formación coordinada de políticas y alternativas generadoras de bienes públicos. Una actitud contraria fuera de estos márgenes de hecho estimula la desobediencia civil.