Los jueces del Tribunal de Sentencia 6 de Cochabamba condenaron ayer al policía Javier Vidal Valdez Mayta a 30 años de reclusión en la cárcel de El Abra, tra ser hallado culpable del feminicidio de su expareja Martha Quispe Mamani.

El crimen ocurrió el 21 de septiembre de 2017, en el patio de la casa alquilada por Martha Quispe Mamani, en la zona de Villa Armonía. Un panadero halló la puerta de garaje entreabierta y descubrió el cadáver de Martha, con un disparo en la cabeza, tendido en el piso del patio.

La mujer era una hábil comerciante que viajaba a Chile para traer celulares, accesorios para móviles, televisores y carteras. Tuvo cuatro hijos, ya mayores, que viven en Santa Cruz. Viuda, Martha se vino a vivir a Cochabamba y 14 meses antes de su muerte conoció a un policía del Batallón de Seguridad Física de la Policía Javier Vidal Valdez Mayta, quien trabajaba en una entidad financiera. Según su tía, primas y los hijos a los que visitaba de vez en cuando, el efectivo golpeaba a Martha. Varias veces la descubrieron con el labio reventado y moretones en el cuerpo.

El hombre trató de aislarla de su familia y le aconsejaba que se separe de sus hijos para que no haya conflictos por la herencia. Incluso llegó a agredirla si recibía llamadas de sus nietos. Presentaron videos y audios como pruebas. Ellos denunciaron que la comerciante había vendido un terreno en Santa Cruz, en 30.000 dólares, pero no hallaron el dinero en la casa. Tampoco el capital con el que viajaba a Chile. El policía, según los hijos de Martha, usaba cadenas, anillos de oro, una moto, artefactos eléctricos y otros lujos que su madre le había comprado. Incluso le giró, desde Chile, 9.464 dólares, de acuerdo a un recibo hallado. La abogada de la Oficina Jurídica para la Mujer, Jinky Irusta, dijo que se logró probar, junto a la fiscal Elizabeth Betancourt, que el policía entró a la casa de Martha con su propia llave y, tras una discusión, le disparó en la cabeza. De acuerdo a un peritaje balístico forense, una de las armas del policía fue empleada para matar a Martha. Por ello, los jueces lo condenaron a 30 años.