Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 03:42

UN AÑO DE LOS ATENTADOS

Víctimas de explosiones en Oruro exigen asistencia

La portavoz de los afectados denunció que algunas personas que resultaron heridas no tienen “ni qué comer” y otras necesitan cirugías.
Víctimas de explosiones en Oruro exigen asistencia


Una marcha de protesta en Oruro denunció anoche que víctimas de las explosiones de hace un año durante el carnaval, con doce fallecidos y más de medio centenar de heridos, aún esperan asistencia sanitaria y ayudas económicas.

Heridos en las explosiones y familiares de las víctimas, entre otros, participaron en la marcha tras una pancarta con un lazo negro y fotografías de varios de los fallecidos, entre ellos niños.

María del Rosario Sandalio, portavoz de la asociación de víctimas de las explosiones, denunció ante los medios que los afectados carecen de asistencia sanitaria y ayuda económica por parte de las instituciones, hasta el punto de que dependen de donaciones como las enviadas por orureños residentes en Canadá.

Sandalio aseguró que los damnificados se sienten "muy compungidos" por esta situación, tanto los "52 heridos" como las familias de los 12 fallecidos.

Algunos perdieron el oído y la vista, pero la asistencia anunciada en su momento por el Gobierno boliviano no llega, mientras hay heridos que aún necesitan operaciones para sacarles esquirlas o con dolores que les impiden una vida normal, en un estado "dramático", advirtió la portavoz.

"Han quedado fuera del mercado laboral, han quedado en el abandono", lamentó.

La marcha fue convocada para pedir que se cumpla con la asistencia sanitaria prometida, unos 434.000 dólares que no llegaron a muchos afectados, que se haga justicia y que se aclare qué ocurrió realmente aquellos días "fatídicos", relató.

La vocera apeló a la responsabilidad del Estado para asumir los costos sanitarios, ya que algunos "no tienen ni qué comer" y dependen de ayudas benéficas, algo que "conmueve, indigna".

Al respecto, manifestó el sentimiento de "indefensión" de los afectados ante lo que calificó como "hechos macabros", e incluso "un acto terrorista que no está siendo tomado como lo que es".