Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Las estrellas del General

Las estrellas del General
Cuando escribimos con Gonzalo Montero Lara la primera parte del libro “Memorias de la Villa”, el propósito era relievar, sucintamente, vidas de personalidades y personajes destacados de nuestra zona, que desde los años 50 comenzaron a poblar, paulatinamente, migrantes especialmente de provincias aledañas.

De cada uno de ellos se podría y debería escribir un libro, porque sus vidas milagrosas están llenas de historias y anécdotas, con más éxitos que desatinos, siempre esgrimiendo la energía valluna, que los hace excepcionales en el conjunto.

Por supuesto que Plinio Fernando Iriarte León es uno de los emblemáticos, no solo por las estrellas alcanzadas en su carrera militar, sino fundamentalmente por su calidad humana, incuestionable en todos los ámbitos donde fue apreciado.

Una enfermedad repentina, breve, pero cruel, privó a una familia consternada y amigos conmovidos, de un ser muy querido, que podía aportar mucho más todavía, con sus conocimientos y experiencia.

Master en ciencias políticas, Plinio era una fuente de consulta y consejo confiable, sobre diversos temas que afligen a la ciudadanía, como la defensa de la democracia, de la que fue firme defensor.

Algún momento expresó su pesar, porque jefes en actual servicio, por intereses personales, se hayan prestado a disfrazarse con ponchos, ofendiendo el uniforme que deberían respetar, como les inculcaron en el Colegio Militar.

Los centenares de camaradas y amigos, que visitaron el salón velatorio Concordia, testimoniaron el afecto y respeto al soldado de la Patria, que en la vida militar y civil, dejó su impronta, en cada charla, en cada reunión familiar, institucional o social.

Campeón de la discreción y nobleza, demostró que sin exabruptos, pero con firmeza y ejemplo, se puede apuntalar una sana convivencia entre bolivianos. Amaba a Tarata como a Cochabamba y Bolivia.

Franco, directo, disciplinado, como lo recuerda uno de sus camaradas de armas, Plinio es de los humanos que nunca será olvidado, por familia y amigos, que tuvieron el honor y alegría de conocerlo.

Esa sonrisa amable permanecerá en la memoria, principalmente de sus queridos hijos Fernando, Eduardo y Cecilia; sus hermanas y sobrinos, para quienes fue su mayor orgullo y paradigma; el General de la República.