Mujeres que hacen ruido
05 de febrero de 2019 (20:56 h.)
Existen ámbitos de nuestra sociedad en las que no pensamos que pudieran existir brechas de género, es el caso del espectáculo y las escenas. ¿Qué tiene que ver eso con las brechas de género? Resulta que este espacio también reproduce la exclusión y discriminación que viven las mujeres en otros espacios.
Existe poca información al respecto y la misma no siempre está disponible, menos aún en América Latina. Esa parece haber sido la motivación para que Ruidosa, una iniciativa feminista que busca “hacer ruido” para cambiar las reglas de la industria creativa, la comunicación, las artes y los espectáculos, se pusiera a la tarea de recolectar información sobre la presencia de las mujeres en este ámbito.
Una investigación realizada por ellas en el período 2016 -2017 dio como resultado que, de 42 festivales de música de la región, solo el 9.5 por ciento del total correspondía a números artísticos de mujeres, subiendo a un modesto 22.5 por ciento si se consideran las bandas mixtas, confirmando así el déficit de presencia de mujeres en los escenarios.
Una actualización de esa investigación al 2018, que cubre 66 festivales musicales en cuatro países (Argentina, Chile, Colombia y México) y el análisis de más de 3.000 artistas y bandas, da cuenta de que la participación de mujeres (solistas y bandas de mujeres) no supera el 10 por ciento de los números artísticos cada año.
En Bolivia, desde hace algunos años, se han desarrollado esfuerzos que buscan mostrar la presencia de las mujeres en diferentes géneros. Así, Femmetal es una iniciativa que al menos desde 2015 intenta resaltar y destacar el aporte de las mujeres a un género que tradicionalmente ha sido considerado masculino como el metal. Este festival, en sus diversas versiones, ha logrado posicionarse en nuestro medio.
Cada vez es más evidente que las mujeres se encuentran incursionando en diferentes espacios y que su presencia y sus acciones están sirviendo para denunciar las múltiples formas de exclusión que viven. Iniciativas como las mencionadas son claros esfuerzos para revertir la invisibilidad de las mujeres y ampliar sus oportunidades y posibilidades de reconocimiento en nuestras sociedades. La música, las artes y los escenarios son nuevos campos de disputa.
Existe poca información al respecto y la misma no siempre está disponible, menos aún en América Latina. Esa parece haber sido la motivación para que Ruidosa, una iniciativa feminista que busca “hacer ruido” para cambiar las reglas de la industria creativa, la comunicación, las artes y los espectáculos, se pusiera a la tarea de recolectar información sobre la presencia de las mujeres en este ámbito.
Una investigación realizada por ellas en el período 2016 -2017 dio como resultado que, de 42 festivales de música de la región, solo el 9.5 por ciento del total correspondía a números artísticos de mujeres, subiendo a un modesto 22.5 por ciento si se consideran las bandas mixtas, confirmando así el déficit de presencia de mujeres en los escenarios.
Una actualización de esa investigación al 2018, que cubre 66 festivales musicales en cuatro países (Argentina, Chile, Colombia y México) y el análisis de más de 3.000 artistas y bandas, da cuenta de que la participación de mujeres (solistas y bandas de mujeres) no supera el 10 por ciento de los números artísticos cada año.
En Bolivia, desde hace algunos años, se han desarrollado esfuerzos que buscan mostrar la presencia de las mujeres en diferentes géneros. Así, Femmetal es una iniciativa que al menos desde 2015 intenta resaltar y destacar el aporte de las mujeres a un género que tradicionalmente ha sido considerado masculino como el metal. Este festival, en sus diversas versiones, ha logrado posicionarse en nuestro medio.
Cada vez es más evidente que las mujeres se encuentran incursionando en diferentes espacios y que su presencia y sus acciones están sirviendo para denunciar las múltiples formas de exclusión que viven. Iniciativas como las mencionadas son claros esfuerzos para revertir la invisibilidad de las mujeres y ampliar sus oportunidades y posibilidades de reconocimiento en nuestras sociedades. La música, las artes y los escenarios son nuevos campos de disputa.