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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Agentes encubiertos en los micros

Agentes encubiertos en los micros
Porque son colegiales y solo pagan una tarifa de 50 centavos, muchos conductores de micros evitan parar sus vehículos para transportarlos. En reiteradas oportunidades, estudiantes se han quejado porque los conductores los ignoran, debido a que prefieren trasladar a personas adultas que, en el caso de Cochabamba, pagan una tarifa de 1.90 bolivianos, tres veces más que la de un escolar.

Esta problemática no solo se da en Cochabamba, sino en el resto del país y es muy recurrente.

Para evitar que los estudiantes se perjudiquen y sean discriminados, como muchas veces sucede, en Santa Cruz ha surgido una iniciativa interesante y digna de resaltar.

La Policía de Tránsito de la ciudad de Santa Cruz ha decidido implementar un plan para que los conductores dejen de lado esa mala actitud en contra de niños y adolescentes que requieren del servicio de transporte para asistir a sus unidades educativas.

Resulta que desde el lunes, día de inicio de clases, Tránsito ha dispuesto que agentes encubiertos de esa unidad policial se suban a los micros de las distintas líneas de transporte que operan en la ciudad oriental para detectar a los malos conductores.

El jefe policial coronel José Luis Pereira explicó a radio El Deber que la intención es que los choferes cambien de actitud y presten el servicio a los estudiantes así como lo hacen con cualquier otro pasajero.

Los choferes que no recojan a los escolares serán trasladados hasta dependencias de la Unidad Operativa de Tránsito, donde no solo recibirán una charla sobre lo que dispone el Código de Tránsito, sino que serán sancionados económicamente de acuerdo a norma.

“No es posible que los estudiantes no sean recogidos por el hecho de que paguen un pasaje menor. Todo esto está dentro del plan Estudiante Seguro que hemos decidido implementar”, afirmó Pereira.

Esta misma medida debería aplicarse en el resto del país, donde los colegiales tienen dificultades para abordar un medio de transporte.

Es más, las autoridades nacionales deberían persuadir a los conductores con otros mecanismos para que den un trato igualitario a todos.

En Cochabamba, en particular, es frecuente ver a escolares parados en las esquinas por varios minutos extendiendo el brazo para que un micro pueda recogerlos.

Esa situación se puede comprobar tanto en la mañana como en la tarde, no solo en la ciudad, sino en poblaciones vecinas como Colcapirhua, Quillacollo, Tiquipaya o Sacaba.

Ante la imposibilidad de tomar un micro, algunos escolares optan por transportarse en trufis, donde pagan un boliviano e incluso 1.90, todo por llegar a tiempo a sus unidades educativas.

Las autoridades de Tránsito deben coadyuvar para que la actitud de los conductores cambie aplicando lo que disponen las normas. Por ello, es importante que la iniciativa adoptada en la ciudad de Santa Cruz pueda ser replicada en el resto de las ciudades de Bolivia.

Según Pereira, la medida de implementar agentes encubiertos en los micros también servirá para controlar el exceso de velocidad de los automotores.

Algo que es muy cierto, es que los choferes de micros y trufis exceden la velocidad en ciertos tramos para cumplir con las horas de circulación que ellos mismos se han fijado. En ese sentido, conducen, incluso, a 80 kilómetros por hora para llegar hasta el puesto de marcación de tarjeta.

Este hecho también debe ser controlado, porque el exceso de velocidad puede ocasionar accidentes y provocar graves heridas tanto en los pasajeros como en los choferes.